En dos años los alimentos vegetarianos han pasado de ser productos que podían encontrarse mayoritariamente en tiendas especializadas a dar el salto a las grandes superficies, según señala la asociación Vegetales, un paso con el que ahora buscan hacerse un espacio sólido para llegar hasta los flexitarianos.

Detrás de un crecimiento del 50 % desde el 2020, según datos de la asociación, hay iniciativas que trabajan para que estos alimentos sigan llegando cada vez a más consumidores y conquisten a todos los paladares.

Es el caso de las salsas veganas de Conca Organics que comenzaron como una evolución de un proyecto de final de carrera de dos ambientólogos.

"Uno de los objetivos era luchar contra el cambio climático", explica en declaraciones a Efeagro uno de sus creadores, Armand Folch, quien añade que también querían "buscar alternativas para una alimentación sostenible, saludable y ecológica".

Para ello, identificaron las salsas veganas que acompañan a las comidas como un producto idóneo para satisfacer unas necesidades que no creían cubiertas: "Ser sanos y sabrosos".

Sobre el primer punto, Folch indica que algunos productos para vegetarianos "no son muy buenos" a nivel nutricional y que los consumidores, además de querer un alimento sostenible, quieren que también sean "sanos".

En este sentido, resalta que algunos productos ofertados para vegetarianos y veganos no son "tan sabrosos" como los alimentos con nutrientes animales: "El tofu puede saber a corcho", bromea.

Los flexitarianos, un consumidor para conquistar

La falta de sabor es, para Folch, uno de los puntos débiles de estos productos, y, por ende, motivo por el cual no terminan de conquistar los estómagos de los flexitarianos, que combinan una dieta vegetariana con productos animales de forma puntual.

Precisamente, una encuesta reciente publicada por la empresa Beneo, indica que los consumidores flexitarianos son los que están impulsando la demanda de los alimentos de origen vegetal.

Estos datos muestran que en España, el 22 % de los consumidores se considera flexitariano y el 4 % se identifica como vegano, vegetariano o pescatariano.

Al detalle, aproximadamente la mitad de los flexitarianos ya compran alternativas a la carne, un 45 %, y a los productos lácteos, con un 49 %, y casi uno de cada tres compra también dulces de origen vegetal como el chocolate, con un 32 %.

Además, este segmento de consumidores está especialmente interesado en el etiquetado transparente, la sostenibilidad, la salud y las aventuras alimentarias, según el estudio.

Cifras como estas son las que convencen a los creadores de las salsas vegetarianas para hacer productos con los que llegar a los flexitarianos, un "mercado en auge", según indica Folch.

Desde un punto de vista empresarial, según los datos que maneja la consultora Nielsen, las soluciones de alternativa vegetal siguen representando uno de los segmentos más dinámicos dentro del gran consumo.

No obstante, las cifras también indican que aún son una porción pequeña del mercado, si bien es una de las más crecientes.

Este aumento se ha visto en mayor proporción y marca el ritmo de la cesta de la compra en distintos productos como las hamburguesas, las albóndigas o filetes, según datos de la consulta.

Auge del sector

El aumento de estos productos ha propiciado una mayor especialización -como las salsas de Folch- y la profesionalización del sector.

Uno de los ejemplos es que este jueves se haya presentado la primera asociación española de Productores de Alimentos y Bebidas Vegetales (Vegetales).

Para su presidenta, Natalia Berenguer, la asociación nace con la vocación de aglutinar al sector ya que, al ser una nueva categoría, necesita "un marco regulatorio", ha explicado Berenguer en declaraciones a Efeagro.

En el momento de su arranque, ya ha contado con seis marcas del sector entre sus filas.

Además, también se han propuesto incluir en la pirámide nutricional alimentos vegetales, uno de los objetivos sociales para fomentar “una dieta saludable”.

Un "boom" en el crecimiento, según Berenguer, que tiene la intención de conquistar los estómagos y las bolsas de la compra de los flexitarianos.