Pocas personas son capaces de resistirse ante una taza de chocolate caliente, una tableta o unos bombones. Pero, más allá de su sabor, este alimento beneficia a quien lo toma y además tiene una historia salpicada de curiosidades y anécdotas. Conozcamos algunas de ellas:

Beneficios para la salud y la mente

El chocolate puro es un eficaz antibacteriano y su poder antioxidante es muy alto. Respecto a su aroma, está comprobado científicamente que es relajante y que incrementa la creatividad.

Además, el chocolate puro no produce caries, puesto que no contiene azúcares. Su supuesta nocividad para la dentadura se deriva del azúcar que se le añade para que sea dulce.

El chocolate no es dulce

Y es que el chocolate negro puro no tiene nada de dulce. Al contrario, su sabor es fuertemente amargo. Es el azúcar añadido el que produce esa combinación de sabores tan agradables para el paladar.

Los hornos microondas existen gracias al chocolate

¿Te parece sorprendente? Esta la historia: en el año 1945, un científico llamado Perry Spencer realizaba experimentos con ondas de radar.

Durante uno de ellos, se percató de que una barrita de chocolate, que tenía guardada en uno de sus bolsillos, se había fundido. Fue entonces cuando descubrió que ciertas microondas electromagnéticas calentaban las sustancias sobre las que incidían.

El chocolate sólido es una forma de consumo relativamente reciente

Así es: el chocolate bebido es la forma primigenia de consumo. No fue hasta la mitad del siglo XIX cuando empezó a consumirse en forma sólida. Y los primeros bombones se hicieron esperar aún más. Concretamente, hasta principios del siglo XX.

Una moneda de lo más peculiar: ¡el cacao!

Antes de que los españoles llegasen a América, algunas tribus de aborígenes utilizaban el cacao, la materia prima del chocolate, como moneda.

Las mejores semillas eran destinadas para el consumo de las castas privilegiadas y las de calidades inferiores eran utilizadas por el pueblo llano para adquirir otros bienes.

Se cuenta que era tan apreciado por los nativos que estos incluso llegaban a rechazar las monedas de plata que los españoles les ofrecían a cambio del cacao.