Aunque el aceite de girasol es uno de los ingredientes más habituales en nuestra cocina, lo cierto es que no es el mayor aliado de una alimentación en la que se quieran controlar las calorías. Además, con el conflicto armado que tiene lugar en Ucrania, ha disminuido su disponibilidad, ya que el país eslavo es el principal proveedor europeo, ya que cultiva una gran cantidad de girasoles. Con el acceso más limitado, sobre todo al principio de la invasión rusa, se dispararon los precios en los supermercados, obligando a muchas personas a reinventar su forma de aproximarse al aceite.

Si, por el motivo que sea, te estás planteando buscar alternativas al uso del aceite de girasol en tu cocina diaria, estás de enhorabuena. Te traemos diez sustitutos que te ayudarán a que tus platos sigan siendo deliciosos sin sacrificar sabor.

Alternativas al aceite de girasol:

  • Mantequilla y margarina: En numerosos países donde es más complicado que en el sur de Europa acceder a los aceites, ya sean de oliva o de girasol, es habitual freír usando mantequilla o margarina. Estas grasas son ideales para darle un toque sabroso a los platos, pero hay que tener en cuenta que su punto de cocción es más bajo que el del aceite.
  • Agua: Muchos alimentos elaborados no necesitan realmente aceite para cocinarse. Es el caso de las hamburguesas o de las salchichas, para las que un poco de agua en la sartén basta para que arranque su cocción, tras lo cual soltarán su propio aceite en el que se pueden terminar de freír sin problemas.
  • Ghee: Este tipo de mantequilla clarificada es habitual en Asia, y, aunque es originaria de la cocina india y la paquistaní, se emplea con frecuencia en gastronomías como la árabe. Tradicionalmente se hacía a partir de leche de búfala, aunque ahora es común prepararla con mantequilla de leche de vaca. Su notorio toque a nuez dará un acento exótico a tus platos de curry o incluso a tus patatas fritas.
  • Mermeladas: A la hora de hacer carnes suaves, como el pollo, a la parrilla o al horno, es perfectamente posible sustituir el aceite por glaseados, confituras o mermeladas, incluso jarabe de arce o ketchup. Los aliños y adobos también pueden echarte una mano para conseguir sabor a pesar de deshacerte del aceite.

Variedad de productos cárnicos. ShutterStock

  • Grasa de tocino: Los platos que lleven tocino, panceta o bacon no necesitan nada más a la hora de freír. La grasa natural que llevan estos ingredientes no solo te permite cocinar el resto de componentes del plato, sino que además aporta un delicioso sabor salado que añadirá profundidad a las salsas para la pasta, las patatas fritas o los guisos. Eso sí, hay que tener un buen control de la temperatura para que el tocino suelte su aceite poco a poco y sin quemarse. Además, en este caso es especialmente importante usar una batería de cocina antiadherente y en buenas condiciones.
  • Grasa del asado: Las carnes grasas asadas en el horno sueltan abundantes jugos que se pueden usar para freír verduras o patatas que acompañen al plato principal.
  • Schmaltz: Es un ingrediente habitual en el este de Europa y característico de la gastronomía judía. Se hace a base de grasa de pollo. Si quieres probarlo, hierve a fuego lento la piel del ave con agua que la cubra por completo. Cuando el agua se evapore y la piel haya soltado toda la grasa, se cuela y ya está listo. No solo sirve para freír cualquier cosa como si fuera aceite, sino que se puede usar como sustituto de la mantequilla en pasteles o albóndigas. Y, además, los trozos que quedan en el colador se pueden salar y se convierten en un apetecible aperitivo.
  • Aliños cremosos: Si quieres buscar alternativas para el aceite de la ensalada, prueba aliños que usen limón o yogur como base, le darán un toque fresco y sabroso. También puedes buscar una textura más cremosa tienes opciones como el tahini, el tofu o los anacardos molidos.

Nuez de anacardo asada en sal. ShutterStock

  • Purés de fruta: Los aceites que se usan en repostería, como en galletas o bizcochos, pueden sustituirse en la gran mayoría de ocasiones por salsas y purés hechos a base de frutas como la manzana o el plátano. Otras opciones que también puedes contemplar son la crema agria o el yogur, que le dan un toque distintivo al postre.
  • Aceite de conservas: Si la falta de aceite te coge en un momento en el que tienes que apretar el cinturón, o simplemente en un festivo con todo cerrado, siempre puedes echar mano de alguna conserva en aceite. El atún, los pimientos o los chiles suelen enlatarse así, y, si los usas como ingredientes, el aceite que llevan te puede sacar del apuro.