Tere Gradín

Situado en la comarca de Ferrolterra, entre el valle fértil que forma el río Grande de Xubia, el concello coruñés de San Sadurniño es lugar de amplia historia relacionada con los linajes de Traba y Andrade. Y aún hay gente que recuerda las estancias de verano de la marquesa de San Sadurniño, Grande de España y poseedora de un ducado, dos marquesados y un vizcondado. En su pazo vivió hasta su fallecimiento en 1953, una noble edificación desde donde ejercieron señorío los Andrade, los Lemos y finalmente sus descendientes. Aunque con el tiempo la edificación ha ido perdiendo su carácter original, queda el torreón, un hermoso claustro y unos bellos jardines.

Frente al pazo de la marquesa se ubica la iglesia parroquial, del siglo XVIII, que alberga tres sepulcros con estatuas yacentes con las armas de la Casa de San Sadurniño. La arquitectura religiosa tiene otros ejemplos de interés como el antiguo convento del Rosario, centrado por un claustro alrededor del cual se dispone el edificio en el que está instalado desde hace años el Ayuntamiento.

Sobre roca viva, casi colgado en la margen derecha del río Castro, a unos trescientos metros de altitud sobre el nivel del mar se levanta el castillo de Narahío, en uno de los más bellos parajes del término municipal. Se abandonó definitivamente en el siglo XVII, aunque queda bastante bien conservada la torre del homenaje, de unos 16 metros de altura. La caminata merece la pena, al igual que la subida al pico de San Vicente o de Ferreira, en la parroquia del mismo nombre. Es uno de los parajes naturales que regala magníficas vistas. En días despejados se divisa la ciudad de Ferrol, el Atlántico en Valdoviño y prácticamente toda la comarca. El valle fértil que forma el río Grande de Xubia, truchero en su coto existente, resulta un grato lugar para pasear por sus orillas. Hacia el sur, sobre el valle del río Castro, también hay hermosas sendas por descubrir.