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El mental listo

Antonio Rico

Aquella serie molaba. Se llamaba Psych. La emitieron hace un par de años en Cuatro. Logró cierto éxito de audiencia. Aunque la seguimos en su día, luego, cuando nos la tropezamos alguna vez en Paramount Comedy, no nos quedamos a verla. Es que la idea, sí, estaba bien, pero el protagonista no daba el perfil que se lleva ahora. Psych estaba protagonizada por un rapacín muy simpático que fingía tener poderes, pero de poderes nada. Sólo tenía unas grandes dotes de observador y una memoria sorprendente para recordar datos minúsculos. Fijándose en detalles de aquí y allá podía llegar a conclusiones sorprendentes, arriesgadas, incluso disparatadas, pero ciertas. Así que se buscó la vida como colaborador de la poli para resolver casos en los que se producía algún delito y que ni el Equipo A ni El coche fantástico los resolvían porque ya estaban más pasados de moda que contactar con alguien llamándole a un teléfono fijo. Al final de cada capítulo, el mocín daba con el culpable y lo desenmascaraba haciendo como que entraba en éxtasis o tenía una visión o algo así en plan paranormal. Te reías un poco de las tragaderas que tiene la gente cuando alguien se presenta como médium, y ya está. Fin del capítulo.

Anteayer La Sexta estrenó una nueva serie: El mentalista. Es como Psych, pero ahora el protagonista es un hombre atractivo, de pocas palabras, que no se ríe más de un par de veces por capítulo, que mira y calla mientras los demás parlotean, y que esconde una atormentada vida interior que iremos viendo poco a poco. Es como si el de Psych hubiera madurado, se dejara de pijadas y se pusiera en plan interesante. Y encima parece que él y su jefa se gustan, pero no lo dicen y lo esconden tras una tirante relación profesional. Jo, El mentalista sí que mola de verdad. No me lo pierdo por nada.

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