La escultura El Pensador que hizo Augusto Rodin en bronce no es de un estudioso, de un cientí?co, de un ?lósofo, de un tío que sabe mucho y por eso piensa tanto. Esa famosa imagen de un señor en esa postura tan mala para la columna que hace que duela tanto la espalda nos representa a todos.

A usted, a ese, a aquel, a mí; a todos. Todos somos pensadores, como apunta (y dispara) el ?lósofo Gustavo Bueno cada vez que alguien le llama "pensador". Lo que pasa es que, eso sí, pensamos en cosas diferentes y con diferente rigor. Les Luthiers, en su número La tanda, cuentan que la imaginaria cadena de televisión Televicio emite como broche de gala del inexistente programa La kermesse de los sábados, el sensacional entretenimiento El que piensa… ¡pierde!

¿Hay en nuestra televisión espacios similares en los que gana quien no piensa? No exactamente. Por de?nición, en todos los programas hay que pensar; así que no se gana o pierde según si se piensa o no, sino según qué se piensa. Esa es la clave: qué es lo que pensamos.

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