El asesinato de Isabel Carrasco en León ocupó portadas en la prensa española durante semanas. "Amaño" es la palabra que sobrevuela en el caso de la muerte de la que fue presidenta de la Diputación y del PP leonés, según el documental Muerte en León: caso cerrado de Justin Webster que estrenará HBO el próximo 22 de marzo.

El documental hace referencia al "amaño" en las oposiciones a las plazas de la Diputación que salió a la luz durante el juicio que acabó en condena a Montserrat González, ejecutora de los tres disparos que acabaron con la vida de Carrasco, y a su hija Triana Martínez, perjudicada por esas oposiciones. Pero también en la aparente ocultación de pruebas que se produjo en torno a una serie de llamadas telefónicas efectuadas por Martínez a Luis Estébanez, asesor del presidente de la Junta de Castilla y León Juan Vicente Herrera, durante los cuatro meses y medio previos al crimen, cometido el 12 de mayo de 2014. Ese mismo día, Triana Martínez lo llamó a su despacho y al no obtener respuesta probó con el móvil. Hablaron durante tres minutos; el día anterior lo hicieron durante una hora y media. En los cuatro meses y medio previos mantuvieron 247 conversaciones.

El periodista y director británico Justin Webster estrenó hace dos años una serie documental de cuatro capítulos sobre este caso en Movistar+. Cuando estaban terminando el montaje descubrieron esas llamadas, que aparecieron mucho después del crimen y de forma poco visible en el sumario. El descubrimiento les obligó a modificar el final de la serie, concluyendo con un involuntario cliffhanger, un recurso narrativo que consiste en dar un giro inesperado y extremo a la trama en el último minuto, generando en el espectador el deseo de saber más.

Webster siguió investigando con el deseo de darle un cierre definitivo y el resultado es el largometraje documental que ahora estrena HBO, que vuelve a contarlo todo pero con una óptica diferente y con nuevos testimonios.

"Tiene que quedar claro que a este hombre no le acusamos de nada, no podemos saber si tiene o no que ver con el crimen", subraya Webster, "pero lo que está fuera de duda es que resulta extraño y completamente injustificado no haber investigado esas llamadas". Empeñado en alejarse de la especulación y mantener el rigor, el director sostiene que "no es especular decir que ha habido ocultación de pruebas ni que la explicación que se da en el juicio sobre la procedencia del arma es muy débil". "La policía, por razones imposibles de explicar, evitó que las llamadas fueran visibles en el sumario", afirma. Webster llegó a elaborar un informe con los resultados de su propia investigación y lo entregó a la policía.