HBO ha resucitado a Perry Mason, el abogado más icónico de la televisión en la década de los 60. Hubo otras adaptaciones de las novelas pulp escritas por Erle Stanley Gardner antes de la llegada de la televisión, tanto en cine como en seriales radiofónicos, pero durante décadas la imagen del personaje quedó asociada al actor que lo interpretaba en la pequeña pantalla, Raymond Burr. Por este motivo, ahora podía parecer un sacrilegio ver a otro intérprete asumiendo su papel. Pero a estas alturas, ¿quién se acordaba ya de Perry Mason? Seguramente solo los más nostálgicos. Pero los millones de libros que vendió y el recuerdo que ha dejado en generaciones de espectadores, le convertían en un candidato perfecto para ser uno de esos iconos que se desempolvaban y se actualizaban para gozar de una nueva juventud. Pero una cosa estaba clara. Había que hacer algo muy radical para justificar su regreso. Y eso es lo que ha hecho HBO con esta puesta al día del mito televisivo, bebiendo de las mejores fuentes del cine negro clásico. Al fin y al cabo, ¿acaso tenía algún parecido la película Los Intocables de Eliot Ness de Brian de Palma con la serie de televisión en la que se basaba? Un cambio tan radical como el que tuvo el renacer de la franquicia de James Bond con Danniel Craig o el de la saga galáctica de Star Trek de la mano de J. J. Abrams.

Matthew Rhyss ( The Americans) no es solo el encargado de ponerse en la piel del mítico abogado, sino que también es uno de los productores ejecutivos de la serie, entre los que también se encuentra Robert Downey Jr. (sí, el de Iron Man). De hecho, el propio Downey se postuló para ser el protagonista, en lo que hubiera sido una jugada en plan Sherlock Holmes cuando el actor dio su visión del mítico detective junto al director Guy Ritchie. Quizá el sentido del humor que siempre ha acompañado a sus personajes no hubiera sido una buena combinación para la oscura historia que se pretendía contar. El director de la mayoría de los ocho episodios de esta primera temporada que cada lunes podremos ver en HBO es Timothy van Patten, un realizador que se ha puesto tras las cámaras en la gran mayoría de los éxitos televisivos de la cadena de pago. A saber, Los Soprano, The Wire, Deadwood, Sexo en Nueva York, Juego de tronos... Es decir, todo un profesional de confianza de la casa. La emisión del primer episodio de la serie se ha convertido en un éxito instantáneo, superando en audiencia a algunos de los títulos más potentes que HBO había estrenado este año. Con este dato y el buen sabor de boca que ha dejado el episodio piloto, podemos dar por seguro que este tercer renacer del personaje puede traer cola y no va a ser flor de un día.

Uno de los alicientes del regreso de Perry Mason es que no hay que haber visto nada sobre el personaje para ponerse al día. Ni las nueve temporadas que tuvo la serie en glorioso blanco y negro entre 1957 y 1966, ni el fallido regreso del personaje en los 70 en la piel de un nuevo actor, ni los 25 telefilmes en los que Raymond Burr volvió a ponerse la toga entre 1985 y 1993. En la serie de HBO es cuando todo comienza. Lo que se viene a llamar un reboot. En esta nueva versión, Perry Mason está todavía muy lejos de ser el personaje que conocimos en la ficción clásica. La acción se sitúa en Los Ángeles en 1931, dos años después del inicio de la Gran Depresión y dos años antes de que se publicara la primera novela del personaje. Mason se mueve en unos ambientes que parecen más propios de Philip Marllow o de Sam Spade, rodeado de un mundo de extrema pobreza, policías corruptos y magnates sin escrúpulos. Como salido de los fotogramas del Chinatown de Roman Polanski. En estos episodios lo de Perry Mason no es la Abogacía, sino la investigación privada. Bueno también Raymond Burr hizo de investigador privado en otro de sus personajes televisivos más icónicos Ironside, aunque éste iba en silla de ruedas. Y es en el primer episodio cuando a la futura estrella de la Abogacía le cae su primer gran caso. Quizá el objetivo de esta serie sea el explicarnos los orígenes del personaje y de dónde viene su pasión por defender a los más débiles frente a las injusticias. Cómo se convirtió en el gran abogado que poco después llegó a ser. En un principio se barajó el nombre de uno de los creadores de True Detective, Nic Pizzolatto, para el relanzamiento del personaje. Por eso no es de extrañar que el crimen tan truculento e impactante con el que ha arrancado la serie.

Todavía Perry Mason está muy lejos de ser aquel imbatible letrado al que no se le resistía ningún juicio por complicado que fuera y una abrumadora cantidad de pruebas en contra de su cliente. Una curiosidad: solo se le conocen tres casos en los que haya perdido a lo largo de esta interminable carrera en el mundo de la ficción. Mason tenía todo un ojo clínico para saber si su cliente era inocente y era capaz de todo por demostrarlo. Al falso culpable que era elegido por Mason para defenderle se podía decir que le había tocado la lotería. No solo conseguía la absolución, sino también entregar a la Justicia al verdadero culpable. En muchas ocasiones, era éste quien acababa confesando al derrumbarse en el estrado en medio de un tenso interrogatorio ante el defensor. En la serie, Matthew Rhyss interpreta a Mason como un perdedor que trata de salir adelante, al borde de la ruina. Desaliñado, al borde de la bancarrota... Parece que poco a poco se irán reuniendo junto a él el resto de personajes secundarios que conocimos en la serie televisiva y hacer que todo vuelva a empezar. Y es que se han sabido rodear de un reparto de lujo, entre quienes se encuentran Tatiana Maslany ( Orphan Black) o John Lithgow ( The Crown, Dexter). De momento, todo promete que va a ser un viaje emocionante.