En otros tiempos, Peter Morgan podría haber acabado en alguna mazmorra de la Torre de Londres por un delito de lesa majestad. El creador de la exitosa serie The Crown (Netflix) ha sido acusado, en la cuarta temporada, de haber inventado escenas y acontecimientos protagonizados por la familia real británica, a la que deja mal parada.

El inculpado conoce bien la realeza. Morgan, un londinense de 57 años, lleva más de dos décadas narrando en clave de ficción el reinado de Isabel II. Él fue el guionista de la película The Queen (2006) y de la puesta en escena de la obra de teatro La audiencia sobre la soberana, protagonizadas ambas por Helen Mirren. La actriz se llevó un Óscar por aquel filme y el propio Morgan estuvo nominado.

El éxito popular de las dos producciones fue enorme y significó el gran salto profesional para el guionista. Se le describió entonces como “el Shakespeare de la era televisiva” y fue recompensado por sus servicios al drama con la Orden del Imperio Británico. El propio príncipe de Gales, irónicamente, le impuso el galardón en el palacio de Buckingham.

Morgan retornó a la historia de los Windsor con el proyecto fastuoso de Netflix a mediados de la pasada década. La proyección de su trabajo es ahora planetaria. The Crown llega a espectadores en un total de 200 países. Solo alguien tan experimentado y diestro en el oficio fue capaz de atreverse a narrar la cronología del reinado más largo en la historia de Gran Bretaña sin que el resultado fuera un tostón insoportable.

En las pasadas tres temporadas todo fueron aplausos y alabanzas. En la cuarta ha habido, en cambio, algunas críticas y disputas sobre el perfil que ha dibujado de la familia real, de los acontecimientos que rodearon el matrimonio de Carlos y Diana, y de la presentación de una insufrible Margaret Thatcher. Gillian Anderson, por cierto, la actriz que encarna a la Dama de Hierro, es la actual compañera sentimental de Morgan, que rehúye las entrevistas y las componendas de la vida social.

El acusado ha respondido a los que le censuran reconociendo que escribir un guion de una serie así es “un constante tira y afloja” entre los hechos y el relato ficticio. Para el actor Josh O’Connor, que interpreta al príncipe Carlos, “lo que Peter Morgan hace maravillosamente es utilizar hechos históricos y pintar entre medio unos momentos imaginados. Algunas personas van a creer que eso es lo que pasó. Es siempre mejor que se cercioren, mejor recordar que somos actores, que no somos de verdad, que no se trata de una historia verdadera”.