Dani Rovira aterrizará el próximo viernes en Netflix con Odio, un monólogo de más de una hora de duración en el que el cómico y actor repasa con “sarcasmo” e “ironía” sus más variopintas filias y sus fobias en un espectáculo —grabado en noviembre en Málaga— en el que, además de las toneladas de humor propias de la stand up comedy, el espectador encontrará un “extra” en forma de “emoción contenida”, “buen rollo” y espíritu “reconciliador”.

“Garantizo que el que se siente en casa a verlo se va a reír muchísimo. La risa es una cosa descontada, que está en mi ADN, pero en este monólogo el público se va encontrar un extra” dice Rovira que augura que este espectáculo “va a hacer pensar a la gente” . “Van a terminar con una sensación muy bonita, reconciliadora, con espíritu de intentar ser un poquito mejor” afirma el humorista, que señala que, a pesar del título, el mensaje final es de “buen rollo”.

Pero Odio es un monólogo en el que también se lanzan dardos a políticos, a quien tiene gato, a Messi, a las aplicaciones para ligar y sobre todo a los haters, a quienes Rovira define como “personas con carencias afectivas y emocionales”. “Esto pasa ahora con la pandemia y ya pasaba antes con todo... La gente que es gilipollas, lo era antes y después. Lo que pasa es que el gilipollas hace mucho más ruido”, dice.