El pasado miércoles conocíamos que, después de haber estado en contacto con un positivo en Covid, y a pesar de haberse realizado PCR cuyo resultado fue negativo, Ana Rosa Quintana y Joaquín Prat cumplirían la cuarentena obligatoria y se ausentarían de "El programa de Ana Rosa" durante unos días. Dos ausencias de peso en uno de los programas estrella de Mediaset, que serán sustituidos por Ana Terradillos y Sonsoles Ónega hasta, probablemente, después de Semana Santa. Pero lo cierto es que si quisieran cumplir con lo establecido por el protocolo deberían estar aún una semana más.

Sin embargo, para sorpresa de todos, Ana Rosa comenzó al día siguiente su encierro presentando su programa. Con muy buen aspecto y desde el salón de su casa, la periodista, muy sonriente, anunciaba que "me sumo a los miles de españoles que teletrabajan, siguiendo el protocolo tras haber estado en contacto con un positivo". Señalando que "hace un año empezábamos estas crónicas de la pandemia al pie del cañón", la 'reina de las mañanas' ha recordado que "por segunda vez, porque una vez tuve afonía, hoy no estoy informando desde plató".

Sin perder la sonrisa y sin apenas maquillaje, Ana Rosa ha confesado que "me he hecho una PCR y no tengo COVID" pero, apostando por la prudencia y cumpliendo con las recomendaciones sanitarias de las autoridades, hará la cuarentena obligatoria en su domicilio.

Con una imagen muy natural y alejada del glamour que destila en directo cada mañana pero igualmente radiante, Ana Rosa - con jersey fucsia y colorido pañuelo al cuello - no ha dudado en seguir cumpliendo con sus compromisos por videollamada y demostrando cómo incluso 'la reina de las mañanas' puede teletrabajar sin que "El programa de Ana Rosa" altere su buena marcha habitual.

Polémica

Ana Terradillos se conviritió el pasado fin de semana en Trending Topic. La presentadora sustituta de Ana Rosa Quintana ha llamado "jarabe democrático" al escrache que sufrió Pablo Iglesias en Coslada a manos de varios neonazis, lo que llevó al exvicepresidente a encararse mientras estos hacían el saludo fascista.

"Jarabe democrático lo llamaba Iglesias, ¿no?", decía irónica la presentadora, haciendo alusión a una cita célebre de Iglesias años atrás sobre los escraches. Javier Ruiz respondía con contundencia a la presentadora: "Yo creo que esto no es un escrache. Esto es acoso. Esto no es jarabe, es intimidación. Y desde luego, tengo la absoluta seguridad de que esto no es democrático".

"Creo que se puede estar en profundo desacuerdo con el vicepresidente del gobierno, y las líneas que estamos cruzando porque es de Podemos son infinitas. Meses de acoso, en la puerta de su casa, a sus hijos", decía indignado el presentador, que lo definía como "una salvajada", y señalaba también "el ataque a la ministra de trabajo a la que se le rompe el coche oficial".

Ruiz no terminaba ahí y afirmaba: "Decir que esto es jarabe democrático es muy generoso". "Cuando empecemos a tolerar todo esto porque son de Podemos, no nos extrañemos primero de que en la calle alguien tome ejemplo y de que Podemos legitime después que se haga en el sentido contrario", expresaba el periodista, que visiblemente molesto añadía: "Esto son fascistas y el saludo era fascista. ¡Y no hay otra forma de contarlo!".