Detrás del programa Mask singer hay muchos secretos. El principal, obviamente, es quién se oculta detrás de las vistosas máscaras con las que los vips se lanzan al escenario cada miércoles por la noche en Antena 3, una información que mantienen oculta gracias a múltiples medidas de seguridad, casi como si fuera una película de espías. ¿Pero quién elige el repertorio que los famosos se atreven a interpretar sobre el escenario? ¿Fue Esperanza Aguirre la que decidió entonar en pleno prime time el Ella Elle L’a de Kate Ryan disfrazada de Mariposa? ¿O la reina de corazones, Isabel Preysler, la que eligió contonearse al ritmo del Wannabe de Abba ataviada de Gatita?

“Hay un poco de todo”, reconoce Carlos Marco, director musical del concurso y responsable de seleccionar las canciones que se escucharán en cada gala. “El repertorio lo elijo yo junto a dirección, y luego se lo proponemos a las máscaras. A veces te dicen que no están cómodos y te hacen otras propuestas, e intentamos respetarlas” comenta el músico. Es lo que le ocurrió, por ejemplo, con la expresidenta de la Comunidad de Madrid, una dura negociadora no solo en política, sino también a la hora de escoger canción. “Esperanza quería cantar en francés, pero me proponía temas de más allá de los años 80 y yo, más modernos, así que tuvimos que llegar a un término medio”, desvela.

El idioma es precisamente una de las armas que utiliza Marco para enmascarar las voces más reconocibles de los vips de Mask singer. Es lo que ha hecho este año con la máscara digital, Dama Centella. Y la temporada pasada fue un recurso que utilizó para despistar a la audiencia con cantantes como Pastora Soler. “Con ella era esencial que cantara en inglés porque en castellano la iba a reconocer todo el mundo”, explica.