El desarrollo de las plataformas televisivas en el último lustro ha permitido salvar al cine español, pero también le ha obligado a adaptarse a determinados códigos, que casi le llevan a crear ficción para “consumir en vena”. Así lo consideran los guionistas y directores Santiago Tabernero y Félix Sabroso, que, como tanto otros, asisten a la transición de su sector.

“Ahora es más fácil escribir un guión que posicionarlo en el mercado, que está en constante evolución, en un cambio de paradigma total”, reconoce Tabernero, que ha firmado una docena de guiones en el cine español, dirigió Vida y color y fue el creador del longevo programa Versión española.

Este creador reconoce que “hace cinco años el cine español languidecía en un callejón sin salida” y en ese momento plataformas como Netflix, Amazon o HBO, a las que luego se sumarían otras, hizo que “este negocio se dinamizase a unos niveles increíbles” y “sobre todo “ahora hay muchas más oportunidades para trabajar”.

Sin embargo, Tabernero cree que “las plataformas han traído con ellas nuevos códigos de lenguaje, algunos perversos”. Porque “nunca se había tenido tanta información sobre cuando vemos una serie, cómo la vemos, cuando la dejamos, si solo vemos dos episodios o si hay un personaje que hace que nos desenganchemos de ella”, afirma el cineasta. Todos esos datos suponen “un flujo de consumo de series”, que está en los ordenadores centrales de las plataformas, algo que “incluso puede permitir, desde la inteligencia artificial, escribir ficciones para gustar a todo el mundo” algo que “resulta inquietante”.

Por su parte, Félix Sabroso asume que “ahora el escenario del cine son las plataformas, que tienen todo lo bueno y todo lo malo”. “Sí que hay más diversidad de contenidos y temáticas y más posibilidades de trabajar y el panorama es tan amplio que es más fácil buscar las grietas para contar lo que tú quieres”, dice pero frente a ese punto “positivo”, este mismo panorama está determinando “la desaparición de las salas, que es una tragedia”. “Se está perdiendo el efecto mágico del cine”, señala.