Rodrigo Díaz de Vivar es uno de los grandes héroes de la historia de España por su papel en la Reconquista, cuya vida inspiró el más importante cantar de gesta de la literatura patria, el El cantar del mío Cid. Amazon Prime Video quiso recuperar su figura potenciando su lado humano por encima de sus logros bélicos en una serie que comenzaba su andadura cuando el protagonista era solo un simple escudero, el joven Ruy, y ahora sigue indagando en sus conflictos personales en una segunda temporada, estrenada hace unos días, bastante más sangrienta y con una encarnizada lucha fratricida por la Corona como tenebroso telón de fondo.

El desencadenante de todas las tensiones en la corte de Burgos es la decisión tomada por el rey Fernando I el Grande justo antes de morir al final de la anterior entrega, al trocear sus territorios entre sus cinco hijos. El reparto genera un terremoto entre Alfonso (Jaime Olías) y Sancho (Francisco Ortiz), que obligará a tomar partido al resto de sus hermanos, Urraca (Alicia Sanz), García (Nicolás Illoro) y Elvira (Lucía Díez), así como a Ruy (Jaime Lorente). “Por fin empieza a darse cuenta de que hay otros valores en la vida igual o más importantes que la lealtad”, avanza Lorente (La casa de papel) sobre un personaje que le ha permitido redescubrir a una figura que considera que ha estado “manipulada por muchos intereses políticos”. “La serie cuenta muy bien cómo muchas veces, a raíz del miedo, nace lo peor del ser humano”, recalca Olías.

Las batallas cobran un especial protagonismo en los cinco episodios que componen esta segunda temporada, con elaboradas secuencias de lucha, y se avivan las intrigas palaciegas de esta especie que aspira a ser el Juego de tronos a la española, pero con base histórica.