El Juzgado de lo Social número 42 de Madrid ha dictaminado que el despido de Antonio David Flores es "nulo por vulneración de su derecho fundamental al honor", según ha confirmado a este diario la defensa del demandante, el despacho coruñés Talín Ferreiro. La jueza considera que la productora para la que Antonio David Flores prestaba sus servicios, La Fábrica de la Tele, quiso sacar "rédito empresarial" de comunicar el despido a su trabajador en directo, en el programa Sálvame, "reservándose la exclusiva" y no mediante una carta de despido. La Fábrica de la Tele es la misma empresa que produjo el documental 'Rocío, contar la verdad para seguir viva', en el que, en varios episodios, Rocío Carrasco cuenta su versión de los años que pasó con su expareja y en los que lo tachaba de maltratador.

La jueza entiende que, al conocer el contenido del documental, la empresa podría haber rescindido la relación laboral con Antonio David Flores antes y no hacerlo justo el día después de la primera emisión y que ese movimiento responde a una estrategia "no solo para poder llenar los contenidos previos de los programas a la emisión del documental sino para garantizarse la exclusividad de las declaraciones de Antonio David tras dicha emisión". La magistrada considera que, "ante la pérdida de dicha oportunidad, como consecuencia de la relevancia social y mediática que tuvieron los dos primeros episodios del documental, la empresa decidió hacer espectáculo de su despido, aunque eso pasase por vulnerar el derecho al honor de su trabajador". A pesar del relato de Carrasco, no constan sentencias condenatorias contra Antonio David Flores por violencia machista.

Tras esa victoria, Antonio David Flores ha publicado un largo escrito a través de una de sus cuentas en redes sociales:

"Aún no ha habido un día en el que no me haya acordado de ese lunes 22 de Marzo, el día de mi despido de “Sálvame”. No porque dejase de trabajar con ellos sino por los motivos que delante de toda España estaban dando. Sentí vergüenza, miedo, no podía creerme lo desprotegido que estaba. No podía creer ni las razones que se daban ni el escarnio público al que me sometieron a mi y a mi familia durante meses. Ese día fue uno de los peores de mi vida. Me costaba levantarme de la cama. Recuerdo a mi abogado/amigo Ivan Hernández con lágrimas en los ojos decirme, David, esto hay que arreglarlo dónde hay que arreglarlo, en los juzgados. Se que es difícil pero ahora te toca aguantar y ser fuerte porque les llegará su merecido. Esas horas, días, semanas encerrados en un despacho dándole vueltas a todo, minutando cada programa y preguntándome, ¿Cómo es posible que nadie haga nada? ¿Cómo es posible que la justicia no haya creído conveniente ni juzgarme por maltrato y la Fábrica y sus titiriteros se dediquen a llamármelo sin ningún reparo? Ivan me dijo, van a pagar por todo esto David y un día se dará la vuelta. Ni la gente ni la justicia es tonta, y lo verás. Y ese día llegó ayer. Sigo emocionado leyendo cada muestra de cariño, cada mensaje de mis compañeros, cámaras, periodistas, gente de la calle que sin conocerme me han dicho “David no estás solo”, “David estamos contigo” “Van a pagar por todo”. Sólo quería deciros que GRACIAS. GRACIAS por haberme cogido de la mano y por no haberme dejado caer. La vergüenza de ese 22 de Marzo ahora se ha convertido en una fuerza inquebrantable. No solo por mi, sino por todos aquellas personas a las que les puede pasar algo parecido el día de mañana. Voy a luchar hasta el final y van a pagar uno por uno por todo el daño que me han hecho a mi y a los míos. Esto solo acaba de empezar y es el pequeño paso de la gran caminata que nos espera. Una caminata en la que me siento más fuerte y acompañando que nunca. Querido Ivan Hernandez, Querida Isabel Cruz, Almudena, David…ni viviendo 3 vidas os podré agradecer una cuarta parte del trabajo que habéis hecho conmigo y del trabajo que seguís haciendo. 

En cumplimiento de la sentencia, La Fábrica de la Tele ha de abonar a Flores los salarios que dejó de percibir hasta la fecha en la que el contrato temporal que unía al tertuliano y a la productora, unos 32.000 euros, así como una indemnización de 50.000 euros por los daños ocasionados al haber vulnerado su derecho al honor, tal y como adelanta El Mundo." Es en la página 14 de la sentencia donde la juez afea el modus operandi de La Fábrica de la Tele cuando afirma que «del mismo modo que se le había mandado un correo para desconvocarle podía habérsele remitido otro correo notificándole la extinción de la relación laboral (...) o haber mantenido con él una conversación telefónica previa a la emisión del programa»", detalla ese diario.