“Juan Pilila. Su pilila es la más larga de las pililas. Si te hace falta hacer algo, él con ella podrá. La hace girar con timidez y salva el mundo con rapidez”. Esta es la descriptiva melodía que suena en Juan Pilila (John Dillermand, en su versión original), una serie danesa de animación destinada al público infantil que generó una gran controversia en su país de origen y que hoy llega a España de la mano de la plataforma Filmin.

La polémica se desató por un personaje que se caracteriza por tener “el pene más largo del mundo”, “un miembro larguísimo y descontrolado”, en una serie recomendada para niños de entre 4 y 8 años. Este hombre bigotudo, que vive con su bisabuela en una coqueta casa con jardín de un vecindario acomodado y va vestido con un bañador de rayas rojas y blancas que recuerda a los de los forzudos de las ferias, es víctima de las fechorías de su rebelde miembro. Representado como una cuerda de los mismos colores que su bañador, su pene se atreve a robar, destrozar semáforos, pintarrajear paredes, confiscar helados a los niños, hacer trampas en una competición o meterse en una pelea. Pero el protagonista también saca partido de sus desmesurados atributos para arreglar todos los desaguisados que provoca, a lo largo de los 20 capítulos de cinco minutos que componen esta serie que utiliza la técnica de animación de stop motion (al estilo de Pingu, Bob el manetes o La oveja Shaun) para darle movimiento a los personajes. Así, por ejemplo, Juan Pilila se convierte en un héroe cuando salva a un bebé de ser atropellado y protege a unos pequeños del ataque de un león gracias a la extensión y la extraordinaria agilidad de su pene.

El debate no tardó en salir a la palestra, entre los que defendían la serie por su valor pedagógico y los que la consideraban de mal gusto.