Leticia Dolera ya hizo que en su ópera prima como directora, Requisitos para ser una persona normal, el espectador se planteara por qué nos dejábamos arrastrar por lo que la sociedad había decidido que debíamos conseguir para considerarnos felices. La actriz y realizadora volvió a profundizar en el tema en Vida perfecta, su primer título como showrunner televisiva, en el que presentaba a tres chicas en crisis porque no se ajustaban a lo que se esperaba para el estándar de una mujer adulta.

La directora cierra hoy en Movistar+ el viaje de este tridente femenino con el estreno de la segunda y última temporada de la serie, premiada con dos galardones en el festival CanneSeries, un Fotogramas de Plata, dos Feroz y un Ondas.

La infidelidad, el amor en tiempos de Tinder, la masturbación femenina, la difícil conciliación, las sesiones de terapia, la paternidad cuando tienes una discapacidad y los sinsabores de la maternidad son algunos de los temas que van brotando con naturalidad en estos seis nuevos episodios, donde la protagonista, María (Dolera), se enfrenta a una depresión posparto.

“En la primera temporada, a María la deja su pareja y se rompe su idea de vida perfecta y de familia, pero le pasan tantas cosas después que no le da tiempo a pasar el duelo de esa historia. Y ahora, de repente, se encuentra con una maternidad que no es como ella había planeado”, reflexiona la directora. “María se siente desconectada de su hijo en un contexto social y cultural en el que lo que se comunica en torno a la maternidad es que te cambia la vida para bien, que una buena madre tiene que estar entregada a su hijo y que es casi pecado no quererle, cuando por ahí pasan muchas mujeres”, recalca la creadora. Dolera ha fichado a Lucía Alemany (La inocencia) e Irene Mora (Goya al cortometraje de ficción) para que dirijan un episodio cada una.