El 30 de abril de 2008 apareció flotando en la piscina de su finca, en Alhaurín de la Torre, el cadáver de Lucía Garrido. La mujer, madre de una niña que había denunciado a su exmarido por acoso, fue golpeada en la cabeza con un ladrillo, apuñalada y ahogada. Trece años después, el caso todavía sigue abierto debido a sus múltiples ramificaciones: lo que en principio parecía un caso de violencia machista (aunque se intentó cerrar como un suicidio) derivó en una compleja trama de tráfico de animales exóticos, narcotráfico, corrupción urbanística y tráfico de armas.

La plataforma gratuita RTVE Play estrena hoy Lucía en la telaraña, una docuserie de true crime de cinco episodios que indaga en este intrincado sumario de más de 20.000 folios y 60 grabaciones y que ha salpicado a cargos de la Guardia Civil.

Aparte de reconstruir los hechos, la serie documental destapa las sombras que envuelven esta causa. Como que el exmarido de la fallecida y acusado de su asesinato, Manuel Alonso, fue detenido en una operación antidroga en la que también cayó el que fuera responsable de la Policía Judicial que investigó la muerte de la mujer. En el juicio, la acusación denunció que el hombre encargó el asesinato porque usaba la casa en la que vivían su exesposa y su hija para esconder droga y como guardería de animales para el tráfico de especies exóticas, ya que Alonso colaboraba con el Seprona.