Edurne (la actriz Leonor Watling) y Julián (Hugo Silva), la esnob expareja de la serie de Movistar+ Nasdrovia, que en la primera temporada cambiaban la abogacía por la gestión de un restaurante ruso y acababan atrapados por la mafia, vuelve con una nueva temporada, más oscura y disparatada al mismo tiempo, en la que los protagonistas aparecen formando parte de la organización criminal como asesores legales. Esta nueva situación, que cada uno vive de una manera muy diferente, será la que centrará las tramas de los nuevos seis capítulos de 30 minutos de duración que la plataforma emitirá al completo, hoy, bajo demanda.

Si bien la primera temporada se caracterizó por discurrir prácticamente toda la acción en el claustrofóbico restaurante que da nombre a la serie, esta nueva entrega viaja por varias ciudades europeas, de Helsinki a Moscú, pasando por Madrid. Aunque el rodaje se realizó en Bulgaria (adonde fueron en busca de la nieve y se encontraron con los días más soleados y con menos nieve del año) y España. No obstante, la sensación de encierro es aún mayor, ya que los protagonistas se ven supeditados a los caprichos de Boris (Anton Yakovlev), el impredecible capo, y deben pasar el confinamiento dictado por el COVID en su compañía y la del resto de la banda.

Esta vez el peso de la trama no recae totalmente en Edurne (sobre todo), Julián y Franky (Luis Bermejo), sino que se le da más importancia a las historias de los personajes secundarios, como la del joven Yuri (Kevin Brand), el inexperto mafioso que demostrará tener sentimientos (y cuyo rostro quemado precisaba cinco horas de maquillaje antes de rodar) o la del sorprendente Serguei ( Michael John Treanor), que puede matar si hace falta, pero no soporta un ambiente de trabajo tóxico.