La Opinión de A Coruña

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Las cinco favoritas para el micrófono de cristal

Entre las canciones que compiten hay un aluvión de baladas y composiciones de vocación elevada en detrimento de lo festivo

En la foto superior, Chanel, durante la actuación en Eurovisión. Abajo, de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo, Kalush Orchestra, Sam Ryder, Cornelia Jakobs y Mahmood and Blanco. | // EUROVISIÓN

Todo más que ready para el gran acontecimiento televisivo, la final de esta noche de Eurovisión (La 1 de TVE, 21.00 horas). Chanel Terrero, que participa en décimo lugar en el show, se enfundará en su traje de luces by Palomo Spain y sacará la “pasión” como apuntó Laura Pausini para una puesta en escena “en la que habrá alguna sorpresa”, pero en la que no faltarán el abanico rojo, los fuegos artificiales, sus bailarines y los efectos estroboscópicos de SloMo.

Tras las dos semifinales, sobre el escenario del Pala Alpitour de Turín, competirán, por este orden, República Checa, Rumanía, Portugal, Finlandia, Suiza, Francia, Noruega, Armenia, Italia, España, Países Bajos, Ucrania, Alemania, Lituania, Azerbaiyán, Bélgica, Grecia, Islandia, Moldavia, Suiza, Australia, Reino Unido, Polonia, Servia y Estonia. Será como en anteriores ocasiones la modelo y presentadora Nieves Álvarez quien conectará con Turín para dar los puntos del jurado español.

Un repaso a las propuestas musicales de los 25 finalistas revela, con alguna excepción como la de explosiva Chanel, una presencia masiva de baladas o canciones con altos vuelos, con apenas espacio para las propuestas más lúdicas o atrevidas que habían sido santo y seña de este certamen en ediciones anteriores. Y es que un año que podría parecer predispuesto a la luz y el desenfreno, tras dos años largos de pandemia y la oscura invasión de Ucrania en la habitación de al lado, la edición de 2022 se ha puesto en plan solemne y ha perdido por el camino buena parte de sus propuestas más petardas, refrescantes y divertidas. Entre todas, las cinco favoritas son las siguientes:

Ucrania. Stephania, Kalush Orchestra.

Si a principios de semana las apuestas daban a la canción ucraniana el 48% de posibilidades de victoria, ahora trepan hasta el 60%. Factores emotivos la ayudan, si bien Stephania (pieza que el cantante, Oleh Psiuk, dedica a su señora madre) ya figuraba entre los cinco favoritos antes de que Rusia emprendiera la invasión de Ucrania a finales de febrero. Mezcla de armonías vocales y flautas tradicionales con beats electrónicos, la canción apela a la melancolía en roce con un sofocante rap. La Kalush Orchestra la defenderá con déficit de ensayos en su país de origen, ya que sus miembros estaban involucrados en tareas de voluntariado (uno de ellos decidió quedarse en Ucrania).

Reino Unido. Space man, Sam Ryder.

En este tiktoker que, en los días del confinamiento por el coronavirus, se ganó cierta popularidad compartiendo sus versiones de éxitos, están depositadas las esperanzas de los británicos para que su país, cuna de la cultura pop, recupere por fin su lugar en festival (lleva siete años quedando entre los cinco últimos clasificados, con un sangrante zero points en 2021). Tema de bonita melodía, alardes vocales en falsete y mensaje soñador, Space man nos cuenta cómo Ryder vería la vida si fuera un astronauta, intrigado por los agujeros negros, pero finalmente añorado de la Tierra. Se insinúa su admiración por David Bowie. Las casas de apuestas le dan el 10% de posibilidades de ganar.

Suecia. Hold me closer, Cornelia Jakobs.

Voz un poco rasgada y con carácter, en la estela de la juvenil Bonnie Tyler, para defender un número pop emocional, dinámico, con aparato electrónico y sentimental crescendo. Cornelia Jakobs, hija del cantante Jakob Samuel (de la banda de metal filo-glam The Poodles, que pasó por la preselección eurovisiva dos veces, en 2006 y 2008) y excomponente del grupo femenino Stockholm Syndrome (inicialmente, Love Generation), entona con entrega esta canción de despedida, en la que lamenta que “todas las cosas buenas tienen un final”. Al igual que a la canción británica, Hold me closer cuenta, en el apuestódromo, con el 10% de opciones de acierto.

Italia. Brividi, Mahmood and Blanco.

El país anfitrión regresa a su lengua propia, visto el acierto del año pasado con Måneskin, pero se va a las antípodas musicales: balada sentida, con paulatino subidón peliculero y diálogo entre sendas voces contrastadas, a la que las apuestas otorgan el 6% de posibilidades de hacer diana. Brividi significa escalofríos, efecto que ambos cantantes asocian a sus fugaces noches de pasión, no exentas de un trasfondo de resentimiento: “Tú, que muerdes mi piel/ con tus ojos de víbora/ y tú, que eres lo opuesto a un ángel”. Oportunidad para Mahmood, cantante de voz nasal a lo Eros Ramazzotti, de desquitarse por su honroso segundo puesto en 2019 con Soldi.

España. SloMo, Chanel.

España es otro de los titulares del club big five que lleva tiempo yendo de mal en peor (desde 2016 no abandona otro clan, el de los cinco de la cola), trágica racha que Chanel Terrero, habanera crecida en Olesa de Montserrat, puede cambiar atendiendo al pronóstico de las casas de apuestas (4% de opciones de triunfo). SloMo es una jugada descarada a favor de esa latinidad tropical que se abre paso en el pop global, todo ritmo, ganchos fonéticos y estribillo machacón en bucle. En su letra en impecable spanglish, Chanel nos pide que la grabemos en vídeo y lo reproduzcamos en slow motion para comprobar que está “ready pa’ romper cadera, romper corazones”.

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