La guionista y realizadora Anna R. Costa adapta la novela Lectura fácil de Cristina Morales a la pequeña pantalla y la convierte en Fácil, una serie “cómica, plural y de mujeres que incomoda a la sociedad”, según la realizadora, que también reclama la independencia de estas mujeres con discapacidad. Porque, aunque la ficción cuente la historia de cuatro mujeres que piden tener libertad para vivir, amar, fumar, salir, acostarse con quienes les plazca o llegar al piso tutelado cuando les apetezca, Anna R. Costa sostiene que, en el fondo, es una “denuncia social hacia el machismo en general”.

Fácil, que se estrenó esta semana en Movistar+, sigue los pasos en Barcelona de cuatro jóvenes discapacitadas (interpretadas por Natalia de Molina, Anna Castillo, Coria Castillo, Anna Marchessi) que viven en un piso tutelado. La trabajadora social Laia (Bruna Cusí) es quien vela para que todo esté en relativo orden. “Al final hay un montón de mujeres en el mundo que piden tener más libertades, y no sólo en el ámbito de la discapacidad, sino en cualquier otro también. Me parece una apuesta muy valiente la de Movistar+ por dar voz a esto, porque hoy en día se necesita más que nunca ver cosas que incomoden, porque si te pasa es que algo dentro de ti tienes que colocar”, señala Coria Castillo.

De esa incomodidad sabe mucho De Molina, que defiende a un personaje con un grave problema de hipersexualidad. “Todo lo que rodea a Marga es un gran tabú”, señala la actriz, que cuenta la dura investigación que hizo sobre la disfuncionalidad de Marga, porque “apenas hay información”, afirma. El punto cómico de la serie lo pone Nati, el personaje de Anna Castillo, una mujer libre, con un marcado discurso político y con una vida antes de la tutela en la que era un “cerebrito” y “un as” de la danza. Pero un accidente la deja sumida en un estado inestable, incapaz de contener su logorrea.