¿Cuál fue el secreto del éxito de Yellowjackets (Movistar Plus+), aquello que la hizo despegar en 2021 entre la vorágine de nuevas series? Probablemente que Ashley Lyle y Bart Nickerson (Narcos) no ofrecían solo una serie, sino muchas: de terror, dramática u oscuramente cómica, según el momento, además de desdoblada en dos líneas temporales, cada una con su clima emocional.

En su primer episodio, la directora Karyn Kusama (La invitación) supo capturar un angst adolescente solo empeorado por una situación al límite: a mediados de los 90, el equipo de fútbol juvenil femenino del título sufría un accidente de avión y se precipitaba sobre unos bosques en mitad de ninguna parte. Conocíamos a personajes como la introspectiva Shauna (Sophie Nélisse), la rockera Natalie (Sophie Thatcher), la antisocial Misty (Samantha Hanratty) y la competitiva Taissa (Yasmin Savoy Brown). Y nos reuníamos con ellas también en el presente, 25 años después, interpretadas por Melanie Lynskey, Juliette Lewis, Christina Ricci y Tawny Cypress.

Las cuatro supervivientes trataban de dejar atrás su odisea de supervivencia y hacer como que nunca vivieron lo que vivieron, fuera lo que fuese. Pero un aparente chantaje y la muerte de su amigo Travis (Andrés Soto) iban a ponérselo difícil. En la primera entrega supimos quién estaba detrás de la extorsión; en la segunda, que Movistar Plus+ estrena hoy, sabremos por qué murió Travis, además del paradero de Natalie después de haber sido secuestrada.

“Natalie es un personaje curioso”, nos dice Juliette Lewis en un junket de prensa virtual. “Solo se mueve entre extremos, entre lo volátil y lo apático. Está temporada está buscando algo de amor propio, lo que resulta bastante sorprendente en una persona como ella”. Y en su camino hacia la luz tendrá como guía a la Lottie adulta (el nuevo fichaje Simone Kessell), convertida en gurú de una “comunidad intencional que convierte el sufrimiento en fortaleza”.