‘Soy Georgina 3’: la Cenicienta del siglo XXI sigue contando su cuento

Netflix estrena la tercera temporada del ‘reality’ sobre la novia de Cristiano Ronaldo

Georgina Rodríguez, en una escena del ‘reality’.   | // NETFLIX

Georgina Rodríguez, en una escena del ‘reality’. | // NETFLIX

Inés Álvarez

Barcelona

En la primera temporada empezó a explotar su perfil de señora de…, mostrando sin tapujos (presumiendo, vamos) lo bien que se vive siendo la novia de Cristiano a cambio de ser un ama de casa perfecta y una madre entregada a sus hasta entonces cuatro hijos. Mostrar sin reparos tanto lujo y que lo contara en plan: “Oo, flipo, tía”, la hacían arrebatadora. Y ahí empezó el fenómeno. En la segunda, ya venía más crecida, más diva, y es que, tras el éxito del reality las estrellas internacionales se rendían a sus pies. Aunque también ofrecía su parte más frágil al compartir un hecho trágico que ni todo el dinero del mundo puede minimizar: la pérdida de uno de sus hijos al nacer. En esta tercera temporada que estrenó Netflix el miércoles, Georgina ya es la estrella en que se ha sabido convertir y los seis episodios exploran nuevas facetas de esta Cenicienta del siglo XXI que cambió la calabaza por el Lamborghini.

Y es que Georgina logra provocar rechazo y adicción por partes iguales, pero nunca indiferencia. Quien no la soporta, o no ve su reality o lo hace refunfuñando (que ya son ganas de sufrir), pero al resto le resulta hipnótica su presencia y su forma de narrar. Y estos últimos comprobarán en esta temporada que Georgina ya es Georgina y punto. Ya no habla de su pasado, porque ya nos lo sabemos y lo que importa ahora su presente. Y aunque ella es la estrella indiscutible, para contrarrestar esa imagen del padre ausente que se podía desprender de anteriores episodios, hay una mayor presencia de un Ronaldo entregado a sus hijos y a su mujer.

Precisamente en una de esas escenas familiares con los siete entorno a la mesa es cuando el futbolista le pregunta a los niños quién es la persona más famosa que conocen y uno suelta: “¡Mamá!”. Aunque, ante la cara de perplejidad de él y la de indisimulado orgullo de ella, otra hija lo acaba arreglando: “¡Papá!”. No obstante, por si no quedara claro quién es el “jefe”, en estos nuevos episodios son muchas las visitas a los estadios a ver lo importante que es el patriarca, que sigue siendo el mejor goleador del mundo y una estrella que idolatrar en el altar que le han montado en Riad (Arabia Saudí) en forma de Museo de Cristiano Ronaldo.

Porque, con su fichaje por el Al-Nassr, ahora ese es su hogar. En la primera entrega les vimos en sus residencias de Madrid y Turín; en la segunda, en Manchester, y ahora, en su mansión de Riad, un marco que no podía ser más ideal para gente de su nivel. “Hasta aquí todos los sueños que se han convertido en realidad. Siento que nuestra vida pronto va a cambiar, pero mientras tanto seguiré caminado de vuestra mano y en la misma dirección hacia un futuro brillante”.

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