Aunque lleva una buena ristra de trabajos a sus espaldas que le han colocado como uno de los actores más mediáticos de España, Álex González (Madrid, 1980) se enfrenta por primera vez a un papel basado en un personaje real en 'Operación Marea Negra', la miniserie de cuatro episodios de Amazon Prime Video inspirada en el caso del primer narcosubmarino interceptado en Europa. Interpreta a Nando, el joven gallego que capitaneó el sumergible desde Brasil hasta Galicia en una travesía a contrarreloj plagada de accidentes, peleas, tensión y con la Guardia Civil y la policía portuguesa pisándoles los talones. 

Esta miniserie es el mejor ejemplo de que la realidad supera a veces a la ficción. 

Completamente. Cuando escuché la noticia en la que se basa, en noviembre de 2019, estaba también con los mismos productores en Galicia, rodando 'Tres caminos', y enseguida vieron que era una historia muy cinematográfica. Está inspirada en el caso y se mantiene la hazaña y la aventura de traer la embarcación desde Brasil. En todo lo demás hemos tenido libertad creativa.

Nando está basado en un personaje real, Agustín Álvarez, encarcelado por este caso. ¿Pensó en visitarle para hablar con él? 

Me parecía interesante saber cómo hablaba, cómo gesticulaba. Estuve intentando organizar una visita a la cárcel para conocerle, pero Daniel Calparsoro [el director] me dijo que eso te condiciona mucho emocionalmente y que esto tampoco era un biopic de Agustín. Fue un acierto porque me dio la libertad creativa de poder crear al Nando que yo quería.

Habrá cosas en común entre persona y personaje, porque hasta la forma de andar que usa en la serie no es la suya. 

Sí que me inspiré en muchas cosas. El personaje tenía que ser gallego y había algo de su estructura ósea y de la forma de su cara, con la mandíbula un poco hacia delante, que fue lo único que intenté copiar de él. Después fui cogiendo retales. Hay poco material gráfico suyo en internet, pero sí declaraciones de un amigo. De él cogí el peinado. Luego me inspiré mucho en el luchador Conor McGregor, en su movimiento físico, en su extroversión, en esa cosa de estar en contacto con la ambición sin ningún tipo de pudor.  

Sus compañeros le han dado buena nota con el acento gallego. 

Luis Zahera no lo sabe, pero inconscientemente le copié su forma de hablar. Habíamos coincidido antes en 'Vivir sin permiso'. A mí me gusta mucho imitar a mis compañeros, y él es muy imitable. Cuando estaba preparando la serie buscaba el acento y algo debía de quedar en mi inconsciente que de repente soltaba frases del tipo «¡Cuidado!», «¡Lo vamos a reventar!», que no recordaba de quién había oído. ¡Y luego me di cuenta de que eran las frases que decía Luis!

Creo que casi se mata cuando rodaban en una lancha. 

Tengo bastantes anécdotas del rodaje. Nando es un personaje muy físico y, por suerte, pude hacer todas las sesiones sin doble. No por nada, sino porque también es una ventaja para producción y el montaje. Y en una de esas íbamos tan apurados de tiempo porque se nos iba la luz que se nos cayó el walkie al agua con el que nos comunicábamos con el barco de apoyo. Daniel Calparsoro empezó a hacer señas, yo no lo dudé y nos acercamos tanto que chocamos y salimos volando. Por suerte no nos pasó nada, pero Nuno Lopes [el actor portugués que interpreta a Sergio] se asustó bastante.

"Le copié la forma de hablar a Luis Zahera"

Al interpretar a Nando, ¿ha pensado en la disyuntiva que se le presenta al personaje, de la tentación de tirar por el dinero fácil?

De hecho es una broma que hago siempre con mis amigos: ¿por cuánto dinero harías algo? Creo que narrativamente está muy bien contado por qué hace lo que hace. Luego, como actor, me preocupaba que cuando estás en series que tienen como telón de fondo el narcotráfico todo el mundo se olvida de a qué se dedican los personajes y te caen bien. Aquí creo que se explica que, aunque Nando está haciendo algo que está a la altura de Cristóbal Colón o Magallanes, se trata de un delito. Los verdaderos héroes son la Guardia Civil.

A Nando le dicen en la serie que llega un poco tarde para triunfar como boxeador. Usted sí que lo tenía más claro y empezó antes como actor.

Pues yo siempre he sentido desde pequeño que llegaba tarde. A la pubertad llegué tarde en comparación con mis amigos, al primer beso, a la primera relación... Como actor también, mi primera película fue con 24 años, en comparación con otros compañeros que empezaron más jóvenes. El gran proyecto que me abrió puertas también me llegó tarde, con treinta y tantos. Pero lo bueno es que llego tarde, pero llego. Y llego cuando estoy preparado para ello. Por ejemplo, Nando no podría haberlo interpretado hace cuatro años porque no tenía las herramientas. Y ahora sí que las tengo.

¿Es muy perfeccionista? ¿Le cuesta ver luego su trabajo?

Sí, soy muy perfeccionista. Es curioso porque no me preparo demasiado las cosas. Los personajes sí pero, por ejemplo, con la anécdota de las lanchas no me paro a pensar en las probabilidades. Yo me lanzo y, una vez que me he lanzado, ya aprendo a hacerlo. Pero luego sí que soy bastante perfeccionista. No me quiero ni imaginar si algún día llego a dirigir mi propia película cuál va a ser el fin de repetir y repetir porque, si por mí fuera, estaría siempre repitiendo todas las tomas.

¿Tiene en mente lo de dirigir?

Cada vez me apetece más, cada vez me fijo más detrás de la cámara cuando trabajo. Todavía no tengo la necesidad que creo que hay que tener para contar una historia, pero cada vez siento que está más cerca.