Los Juegos Olímpicos han dejado imágenes y nombres que permanecerán en la retina y en la memoria de los espectadores para siempre. No sólo hacen historia aquellos que han pulverizado los récords o han realizado una magnífica actuación en su disciplina; también hay un lugar en el recuerdo para aquellos deportistas que destacaron por su falta de habilidad o su mala suerte.

Sus limitaciones no les permitieron competir contra sus rivales, pero sí contra ellos mismos, realizando toda una hazaña personal.

Eric Moussambani, el nadador que aprendió a flotar pocos meses antes de Sidney

Bajo el apodo de ´El Anguila´, Eric Moussambani, natural de Guinea Ecuatorial, tiene la marca más lenta de la historia olímpica en realizar 100 metros con 1 minuto 52 segundos. El nadador, que recibió una oferta del equipo olímpico para representar a Guinea en los JJOO de Sidney, había aprendido a nadar en el río pocos meses antes de los Juegos. Cuando vio la piscina de 50 metros, se dijo: "No puedo hacerlo". Moussambani, llegó con apuros al otro lado de la piscina, y estuvo a punto de ahogarse.

Paula Bolopa, peor marca de la historia en 50 metros

La joven Paula Bolopa, compatriota de Moussambani, también debutó en los Juegos Olímpicos de Sidney, registrando la peor marca de la historia en 50 metros, en la que tardó más de un minuto. No obstante, era la primera vez que Bolopa nadaba tanta distancia.

Kim Collins, el ´sprinter´ más lento de la historia

La peor marca en los 100 metros lisos de atletismo la tiene Kim Collins en los mundiales de Atenas en 1997, donde completó la distancia con 21,73 segundos debido a problemas físicos. No obstante, seis años después Collins pudo proclamarse campeón del mundo.

El eliminador de obstáculos, en los 110 metros con vallas

Este corredor chino decidió reinventar la prueba de las vallas y optó por derribarlas en vez de saltarlas por encima. Aunque el nombre del atleta no ha trascendido, él se hizo popular después de que su vídeo en la participación de los Juegos Universitarios de China se colgara en Youtube.

Trevor Misapeka, la Tortuga de Samoa

Este lanzador de peso tuvo que competir en los 100 metros de atletismo por un error de la federación de Samoa. Con 140 kilos logró completar la distancia en 14,29 segundos durante el Mundial de Atletismo de Canadá (2001). Apodado como la Tortuga de Samoa, Trevor Misapeka será recordado por ser uno de los peores velocistas de la historia.

Svannah Sanitoa, 100 metros en 12,23 segundos

Otra samoana que hizo historia en el Mundial de Atletismo de Berlín en 2009 fue Svannah Sanitoa. Con 95 kilos de peso, la atleta completó los 100 metros en 14,23 segundos.

Sogelau Tuvalu, otro lento velocista de Samoa

Si Trevor Misapeka completaba los 100 metros con 14,29 segundos, su compatriota Sogleau Tuvalu logró empeorar la marca con 15,66 segundos en el Mundial de Atletismo de Corea del Sur (2011). Su exceso de peso y su particular forma de moverse le convirtieron en el peor velocista del atletismo.

Luvsanlkhündegiin Otgonbayar, el maratonista más lento del mundo

Esta atleta de Mongolia pasará a los anales de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 por su marca en la maratón, que completó en 3horas y 42 minutos (casi una hora más tarde que la penúltima corredora). Otgonbayar admitió que gracias a los aplausos del público y a sus gritos de apoyo consiguió terminar la carrera, y, que además, tuvo la sensación de correr muy rápido.

Brian Sutherland, el peor boxeador de la historia

El norteamericano Brian Sutherland debutó en 1993 como profesional en la división de peso ligero contra Kenny Rainford. No obstante, su carrera fue más corta que un suspiro ya que sólo duró 56 segundos. Tras un derechazo de su rival besó la lona y la pelea tuvo que detenerse. Fue su primer y último combate.

Philip Boit, el esquiador keniata

Tras una campaña publicitaria de una marca deportiva, Philip Boit fue enviado a Finlandia para entrenarse como esquiador de fondo y participar posteriormente en los Juegos Olímpicos de Invierno de Nagano (1988). Era la primera vez que Boit tocaba la nieve. Pese a los entrenamientos, el esquiador keniata quedó último en la prueba de Japón y retrasó incluso la entrega de premios.

Tras finalizar el contrato, la marca deportiva no renovó el contrato con Boit, pero éste siguió entrenando en la tierra árida de su país. En 2002 participó en los JJOO de Salt Lake City dejando a tres esquiadores por detrás.

El equipo jamaicano de bobsleigh

El bobsleigh, bajar con trineos por encima de pistas de hielo a toda velocidad, es un deporte innato en los países nórdicos y en temperaturas muy bajas. Sin embargo, esto no impidió participar al equipo jamaicano en la prueba de los Juegos Olímpicos de Invierno de Calgary en 1988. Se habían entrenado a consciencia con carricoches sobre la arena de Jamaica. Durante la prueba decisiva, su trineo volcó y acabaron cruzando la meta a pie recibiendo los aplausos del público presente.

Eddie Edwards, el Águila de Calgary

En los Juegos Olímpicos de Invierno de Calgary hubo otro nombre que brilló con luz propia. Se trata del británico Eddie Edwards que participó en el salto de esquí, una prueba inexistente en su país. Su marca fue sólo de 59 metros y consiguió quedar penúltimo, ya que el último fue descalificado. Se ganó el sobrenombre del ´Águila´.