Diploma olímpico. Es el premio que se lleva Támara Echegoyen de su segunda experiencia olímpica. Ayer la gallega, que navega en el 49er FX junto a la cántabra Berta Betanzos, acabó en la séptima posición en la Medal Race, por detrás de sus rivales directas, brasileñas, neozelandesas y danesas, que se repartieron los metales. El dúo gallego-cántabro acabó cuarto en la general.

En su segunda participación olímpica, Támara Echegoyen llegaba a Río dispuesta a repetir el éxito alcanzado en la cita de Londres 2012. Allí se proclamó campeona en la clase Elliot junto a la coruñesa Sofía Toro y a la asturiana Ángela Pumariega. La desaparición del match race en el calendario olímpico la llevó a poner en marcha un proyecto en la recién creada clase 49er femenina. Después de tres duros años de trabajo junto a Berta Betanzos, su tripulante, logró hacerse con el título mundial en Florida y con el bronce en el Europeo.

Todo invitaba al optimismo en Río de Janeiro. Su confianza, su sonrisa constante, verlas disfrutar con cada regata... Todo hacía soñar con un nuevo oro de la gallega. Por esfuerzo, por dedicación. Y porque durante toda la semana la pareja española se mostró como la más sólida.

Llegaron a la Medal Race, la batalla final en la lucha por las medallas, en la primera plaza de la general (46 puntos), aunque empatadas con las brasileñas Martine Grael y Kahena Kunze y las danesas Jena Hansen y Katja Salskov-Iversen, mientras que las neozelandesas Alex Malone y Molly Meech esperaban su oportunidad con un punto menos.

El tándem español protagonizó una apretada salida junto Gran Bretaña y Dinamarca, pero, tras elegir la parte derecha, quedó rezagado hasta la novena posición al paso de la primera baliza; en la segunda, ascendía dos posiciones, pero las candidatas a presea continuaban por delante.

Sextas por la tercera y la cuarta boyas, las españolas volvieron a descender un puesto en la penúltima, para acabar pasando la línea de meta séptimas, por detrás de las brasileñas, ganadoras de la regata, las neozelandesas, las italianas, las danesas, las francesas y las holandesas. Echegoyen y Betanzos tuvieron que conformarse con el diploma olímpico. De esta manera, la vela española se va sin medallas de Río de Janeiro, una circunstancia que no ocurría desde Sidney 2000.

La gallega, de 32 años y patrona del barco español, afirmó en la zona mixta de la Marina de Gloria, sede de la vela en Río, que "esto es el deporte, unas veces se gana y otras veces se pierde". "Lo único es que Berta Betanzos y yo dimos todo lo que pudimos y me voy a casa contenta por haber luchado hasta el último metro, que no muchos lo pueden decir". Destacó, no obstante, que "sería ridículo no llorar" tras la decepción de quedarse a las puertas del podio.

Preguntada por el futuro, Echegoyen no quiso entrar en detalles: "Ahora disfrutar de los que vinieron a vernos y de los que se quedaron para vernos navegar, y una vez que lleguemos a España descansar".