Ambos han trabajado a destajo durante estos cinco años con un único objetivo entre ceja y ceja: la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Tokio. Sí, la de oro, ni la de plata ni la de bronce. Querían ganar y estaban preparados para ello. Pero de repente, a dos meses vista de la gran cita olímpica, todo se vuelve oscuro, negro, llega la mayor de las decepciones, lo que parece imposible, lo más inmerecido les atiza y acaba de un plumazo con todas las ilusiones, las esperanzas, los proyectos, los objetivos y el sueño se desvanece. Lloran de impotencia. Se preguntan por qué yo, porqué a mí, pero ya no hay vuelta atrás. No podrán estar en Tokio 2020. Carolina Marín y Jesús Tortosa verán los Juegos Olímpicos por la tele, en casa, arropados por sus familias, no les faltará consuelo, pero no estarán en estos Juegos en los que llevan pensando desde hace más de 1.800 días. 

Son dos casos totalmente distintos el uno del otro. Nada que ver. Carolina Marín sufrió una lesión con el ligamento cruzado y los dos meniscos de la rodilla izquierda afectados; Jesús Tortosa fue descartado por la Federación Española de Taekwondo. Dos palos gordos para dos deportistas top.

Ya han pasado unos días desde que supieron que no podrán disputar los Juegos, lo están digiriendo, pero no deja de ser doloroso para ambos no poder luchar por esa medalla que tanto han deseado.

Serie olímpica

Tanto Carolina como Jesús formaban parte de nuestra serie olímpica. Ambos nos atendieron en el CAR de Madrid y nos hablaron de esas ganas imperiales de afrontar unos Juegos tan esperados: “Cada día busco seguir creciendo como deportista y esa ambición sigue estando ahí. Uno de los objetivos es ser una de las mejores jugadoras de la historia”, nos explicaba la jugadora de bádminton consciente de que “es un objetivo ambicioso pero no imposible, por eso está ahí”. Para conseguirlo nos explicó que tendría que ganar otro oro olímpico tras el conseguido en Río y un Mundial más mínimo. De momento el oro olímpico tendrá que esperar tres años más, hasta París 2024, cuando Carolina tendrá 31 años.

El taekwondista Jesús Tortosa era, a priori, el candidato número uno para ocupar la plaza en categoría -58 kilos. No en vano había conseguido la plaza en 2020 y es el taekwondista español con mejor ranking. Pero en una sorprendente decisión, la federación le dejó fuera. Antes de saberlo, el taekwondista nos explicaba que “el objetivo es la medalla de oro y creo que esta vez llego mucho más preparado. Ha pasado un ciclo olímpico donde me he demostrado que estoy entre los mejores”, aseguraba. Esperemos que en París 2024 lo consiga.

Decepciones difíciles de calibrar

Carolina Marín estaba entrenando el 28 de mayo como cada día en el CAR de Madrid y de repente unas molestias en la rodilla hicieron saltar todas las alarmas. Las pruebas confirmaron una lesión con el ligamento cruzado y los dos meniscos de la rodilla izquierda afectados que le obligó a pasar por el quirófano. Fue uno de los momentos más difíciles de su carrera, pero la jugadora andaluza ya se encuentra recuperándose de la operación y pensando en nuevos objetivos. “Desde que supe que no podía ir a Tokio no se me quita de la cabeza París 2024”, aseguró Carolina pocos días después de operase.

Sin duda, la jugadora de bádminton piensa en positivo ya que es la única forma de levantar cabeza tras el duro palo que supuso su lesión cuando los Juegos estaban a tocar: “Al día siguiente te levantas y dentro del agujero negro en el que estás piensas en los siguientes Juegos, que están a tres años. Dentro de lo malo intentas encontrar algo positivo”. Esta es la filosofía de una campeona que en estos días no ha dejado de enseñar sus progresos en las redes sociales y que está deseando ya volver al pleno rendimiento pensando en la cita olímpica parisina. “Soy consciente de que debo ir paso a paso”, pero reconoce su ansiedad para volver a la pista a darlo todo con la raqueta y el volante. 

Será el ciclo olímpico más corto de la historia, algo que a su edad le beneficiará para poder conseguir el sueño de ser la mejor de la historia.

Jesús Tortosa, durante el reportaje que realizamos para la serie olímpica Valentí Enrich

Cuando todo el mundo daba por hecho que Jesús Tortosa representaría a España en la categoría -58 en taekwondo, saltó la sorpresa en la lista de la federación. El organismo, que es quien decide a los representantes para unos Juegos, eligió a Adrián Vicente para ocupar el billete de esta categoría. Tortosa, indignado, triste, abatido y sobre todo sintiendo mucha rabia e indignación no entendía nada: “No tengo explicación para esto que acaba de ocurrir”, dijo en su momento. “Me he sentido engañado todo este tiempo, creyendo que iría a los Juegos y cumpliría mi sueño”, aseguró.

El taekwondista siempre pensó que la decisión de la federación iba más allá de un tema deportivo ya que su padre tuvo procesos judiciales contra la federación y en las elecciones apoyó al candidato opositor al actual presidente, Jesús Castellanos. Desde la federación aseguran que el motivo es que en 2020 Adrián Vicente ha obtenido mejores resultados que Jesús, quien estuvo parado por pasar el covid-19, pero el madrileño, que no duda en animar a su compañero de cara a los Juegos, no se cree esta versión. Lo llevó a los tribunales pero el juez rechazó el recurso. Se quedó sin Juegos. “No he conseguido cambiar la injusta decisión de arrebatarme la plaza olímpica que yo mismo conseguí con mi trabajo de cuatro años acabando dentro del Top-5 del mundo”, se lamentó tras conocer la decisión del juez.