La selección española femenina de balonmano, que empezará este domingo su andadura olímpica ante Suecia (12:30 hora española), regresa a Japón, donde en diciembre de 2019 se quedó a un milímetro de la gloria, tras caer por 29-30 ante los Países Bajos en la final del Mundial disputado en el país asiático.

Ni la polémica acción final, en la que España pasó, tras un discutible penalti, de la posibilidad de ganar a verse abocada irremediablemente a la derrota, puede ocultar el extraordinario juego del equipo español. Y es aquí donde reside la duda. ¿Qué versión de la selección se podrá ver en los Juegos?, ¿Con el sobresaliente equipo que se colgó la medalla de plata en el Mundial o con el irregular conjunto del pasado Europeo?.

Sigue en directo el España-Suecia a las 12:30 horas:

Si en Japón las Guerreras se mostraron como un sólido grupo con argumentos para competir con cualquiera, en Dinamarca la selección, lastrada por los efectos de la pandemia, fue víctima de su propia irregularidad.

Consecuencias del proceso de reconstrucción en el que todavía se encuentra inmerso el equipo español desde la llegada al banquillo de Carlos Viver en febrero de 2017. De hecho, la mitad de las jugadoras convocadas por el seleccionador debutarán en Tokio en una cita olímpica e, incluso, dos de ellas, la portera Nicole Wiggins y la lateral Paula Arcos se estrenarán en la capital japonesa en una gran competición internacional.

El dato contrasta con la experiencia de jugadoras como la incombustible guardameta Silvia Navarro o las extremos Carmen Martín y Marta López, que ya formaron parte del equipo que logró la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

Una mezcla de veteranía y juventud que, por lo visto en los encuentros de preparación, parece haber permitido recuperar al equipo español las señas de identidad que mostró en el Mundial de Japón. Especialmente en defensa donde la presencia de Eli Cesáreo, que se perdió el pasado Europeo por lesión, ha dotado al trabajo defensivo de una mayor solidez.

Al igual que en ataque el regreso de la lateral Alexandrina Barbosa, pese a no estar todavía al cien por cien como consecuencia de la grave lesión de rodilla que su rodilla el pasado mes de noviembre y que le impidió disputar el pasado Campeonato de Europa. Barbosa, pese a su falta de ritmo, deberá jugar un papel fundamental en el juego ofensivo del equipo español al igual que la central Alicia Fernández o la polivalente Nerea Pena.

Y es que España necesita la mejor versión de todas sus integrantes para superar una durísima primera fase en la que las Guerreras se medirán con Rusia y Francia, las dos protagonistas de la última final olímpica, así como a potencias de la talla de Hungría, Suecia y Brasil, que dirige el exseleccionador español Jorge Dueñas.

Pero si el conjunto español ha demostrado algo es que se crece en el torneo olímpico, como demuestra no sólo el bronce conquistado en los Juegos de Río, sino también su actuación, cuatro años después, en Río, donde las Guerreras se quedaron a las puertas de las semifinales tras caer ante Francia en la prórroga en los cuartos de final.

Ronda que se antoja como el principal objetivo del equipo español, para lo cual deberá concluir la primera ronda como uno de los cuatro primeros clasificados del grupo B. Un objetivo difícil, pero no imposible, para una selección española, que ya demostró en el Mundial de Japón que la nueva generación de Guerreras está capacitada para pelear con cualquiera.