La selección española femenina de balonmano perdió la oportunidad de sellar su billete para los cuartos de final de los Juegos de Tokio y se jugará la clasificación ante Rusia en la última jornada, tras caer este sábado por 29-25 ante Hungría

La derrota castigó la falta de acierto en el lanzamiento del equipo español, que desde el principio del partido sufrió lo indecible para resolver sus ataques.

Afectadas por la falta de puntería

No es que España no lograse hacer circular con fluidez el balón, de hecho, las de Carlos Viver hicieron llegar en ventaja la pelota a sus pivotes y extremos, pero la falta de puntería le condenó.

Unas veces por errores por errores propios y otros por el buen hacer de la portera Blanka Biro, que detuvo tres de los cuatro primeros lanzamientos del equipo español, lo cierto es que España, superados los primeros seis minutos de juego, sólo contabilizaba un tanto en el marcador.

Esto no lo desaprovechó Hungría, que a diferencia de las 'Guerreras' convirtió prácticamente casi cada uno de sus lanzamientos, para adquirir una más que inquietante renta de cuatro goles (5-1) que obligó a pedir con urgencia un tiempo muerto al técnico español.

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El parón le sirvió de poco a las 'Guerreras', que no sólo siguieron agrandando las estadísticas de la portera Biro, sino que comenzaron a encadenar pérdidas de balón que aumentaron todavía más la desventaja (7-2).

Buena defensa española

Pero si en ataque el conjunto español no funcionaba, la defensa mostraba un buen tono, pese a las dificultades para contener las penetraciones de la lateral izquierda Petra Vamos, que hacía mantener vivas las esperanzas.

Estas posibilidades de reacción aumentaron de manera exponencial gracias a las paradas de Silvia Navarro, que sustentó durante muchos minutos al conjunto español con sus intervenciones.

Aferrada a las paradas de la valenciana, la defensa española comenzó a crear cada vez más apuros a un conjunto magiar que ya no se mostraba tan eficaz como al principio.

La mejoría defensiva permitió a España reducir su desventaja en un marcador que no se mostró más igualado al descanso (14-11) por el empeño de las 'Guerreras' de persistir en sus errores de lanzamiento

Pero la selección española había encontrado el camino: defensa, defensa y más de defensa. Y a ello se aplicó en los minutos iniciales del segundo tiempo, lo que permitió a las de Carlos Viver situarse a tan sólo un tanto (15-14) en el marcador.

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Sin embargo, cada vez que España pareció en disposición de igualar definitivamente el marcador llegaba el inoportuno fallo o la pérdida de balón.

Nerea Pena, en acción ante Hungría. Reuters

España se descualga

Estos errores convirtieron los vaivenes del equipo español en el tanteador en una goma que pareció romperse definitivamente con los siete tantos de desventaja (23-16) con los que contaba a los once minutos de la reanudación.

Pero cuando todo parecía perdido surgió el carácter irreductible del conjunto español, ese gen guerrero que permitió a España reengancharse al partido gracias a su defensa y a las paradas de Merche Castellanos, que sustituyó a Navarro en la segunda mitad.

Reacción final

La reacción posibilitó que las de Carlos Viver se situasen a tan sólo un gol de diferencia 24-23 a falta de menos de nueve minutos para la conclusión.

Sin embargo, no era el día de España. Al igual que ocurrió al comienzo del partido se estrelló de nuevo con la portera Blanka Biro, que con tres paradas prácticamente consecutivas condenó definitivamente a la derrota (29-25) al equipo de Viver.