La selección española de balonmano recuperó la sonrisa tras la derrota encajada ante Francia y ya aguarda a conocer el nombre de su rival en los cuartos de final de los Juegos de Tokio, tras imponerse este domingo por un claro 36-27 a Argentina, que se despide del torneo olímpico sin conocer la victoria.

Nunca son fáciles los partidos con Argentina, un equipo que, pese a sus gris paso por la capital japonesa, cuenta con un aguerrido grupo de jugadores que parecen haber aumentado todavía mas si cabe su carácter competitivo con la presencia del exseleccionador español Manolo Cadenas en el banquillo.

Es un equipo con colmillo que, consciente de las dificultades del conjunto español en el eje de la defensa por la ausencia por lesión de Viran Morros, no dudó en cargar su juego ofensivo por esa zona en los primeros minutos.

Cadenas quería poner a prueba a Miguel Sánchez, el jugador encargado de sustituir a Morros durante lo que resta de torneo y que apenas llevaba unas horas en la capital japonesa.

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La búsqueda constante del pivote Lucas Moscariello tuvo premio para Argentina cuando a los tres minutos Miguel Sanchez vio su primera exclusión del encuentro.

El conjunto argentino no tuvo la posibilidad de aprovechar esta superioridad ante el excelente arranque de partido del portero español Gonzalo Pérez de Vargas, que con sus intervenciones no sólo permitió a los 'Hispanos' resolver la momentánea inferioridad, sino que acabó de asentar definitivamente el entramado defensivo del equipo español.

Sin grietas defensivas

Fue todo un problema para la selección argentina, que incapaz de encontrar las grietas a la selección española paso de un esperanzador 3-3 a un más que inquietante 12-5 a menos de diez minutos para la conclusión del primer tiempo.

Pero esta Argentina, como bien pudo comprobar el equipo español en el amistoso disputado el pasado mes de marzo en Madrid, nunca se rinde y tras la oportuna regañina de Manolo Cadenas pareció, por fin, reaccionar.

Una imagen del partido España - Argentina. EFE

El paso a un ataque con siete jugadores de campo, sumado a las exclusiones del equipo español, así como alguna que otra parada de Juan Manuel Bar, que sustituyó a un gris Leo Maciel bajo palos, permitieron a los "Gladiadores" reducir su desventaja a tan sólo tres goles (14-11) a menos de tres minutos para llegar al descanso.

Un mero espejismo, ya que la victoria de España nunca estuvo en cuestión y con un par de chispazos los de Jordi Ribera volvieron a escaparse en el marcador, como reflejaron los cinco goles de ventaja (17-12) con los que los "Hispanos" cerraron el primer período.

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Mejora en ataque

El equipo español, en el Miguel Sánchez demostró que además de defender puede tener también algunos minutos en ataque, volvió a aumentar la renta en el arranque del segundo parcial, en el que España pareció resolver los problemas que el ataque siete para seis de Argentina le había generado en el primer tiempo.

Tal y como confirmó el gol desde su propio campo del pivote Adrià Figueras, que puso a la selección española a los seis minutos de la reanudación con un diferencia de siete goles (21-14) con la que el encuentro quedó totalmente sentenciado.

Esto no impidió a España seguir aumentando su diferencia en el marcador hasta alcanzar el 36-27 final, que puso fin a la aventura de Argentina en los Juegos Olímpicos de Tokio, mientras que los "Hispanos" aguardan a conocer el nombre de su rival en cuartos.