El noruego Karsten Warholm consiguió uno de esos récords que agotan adjetivos al rebasar las expectativas más optimistas. Corrió por debajo de los 46 segundos (45.94) la final de los 400 metros vallas, un registro que a los atletas de 400 lisos les cuesta años de entrenamiento para poder superarlo. De hecho, según las marcas de siempre que publica la Federación Española, por ejemplo, solo 14 cuatrocentistas en toda la historia del atletismo español han corrido en menos de 46 segundos.

Se esperaba un nuevo récord mundial en los 400 vallas, pero la realidad superó, por una vez, las previsiones más optimistas. Karsten Warholm ya había avisado antes de los Juegos de que su estado de forma no admitía dudas. De 25 años, llevaba desde antes de la pandemia persiguiendo el tope de Kevin Young (46.78) en los Juegos de Barcelona 92. Lo consiguió hace poco más de un mes, cuando las fresas maduran en Noruega y para celebrarlo se organizan los Bislett Games, la reunión atlética que tiene lugar en Oslo en la primera semana de julio desde 1924. El noruego, en casa, rebajó el viejo tope del estadounidense, que ya duraba casi 29 años, hasta 46.70, a un mes y dos días de la final de ayer.

Warholm, con el oro y un récord (45.94 segundos) que hay que leerlo dos veces para creerlo, superaba las expectativas al mejorar el anterior nada menos que por 76 centésimas, y rompía su camiseta para poder gritar el eufórico “¡uh!” vikingo en el silencio del estadio vacío.

No hay sucesor de Usain Bolt, sino sucesora. Se llama Elaine Thompson-Herah y sus metales no brillan tanto como los del Rayo, pero derrocha fuerza y decisión a la hora de salir desde los tacos. De momento, es la mujer más rápida del planeta. Acaba de sumar su cuarta medalla de oro: en los 200 metros con 21.53 segundos, nuevo récord para Jamaica. Repite el doblete de 100 y 200 en Río y ahora le espera el relevo corto.