Objetivo cumplido. Carlos Arévalo (Betanzos, 1993) regresa de Tokio con la tan buscada medalla en el K4 500 metros. Fue de plata. Por solo 226 milésimas frente a una Alemania que adelantó al barco español en los últimos 50 metros. Pero ningún reproche. Felicidad absoluta para el piragüista coruñés, que, aprovechando que le resultaba imposible conciliar el sueño, se afanaba por responder a los miles de mensajes que prácticamente colapsaban su móvil. Y, de paso, empezó a pensar en el siguiente objetivo. París 2024 ya empieza a asomarse en el horizonte.

¿Conseguirá dormir?

Lo veo difícil (se ríe). Estoy mirando el móvil, la cantidad de mensajes que tengo. Imposible responder a todos, ¡pero es que no consigo llegar al final!

¿Cuál es la sensación, alegría por la plata o tristeza de que el oro se quedara tan cerca?

Tristeza para nada, para nada. Nosotros sabíamos que teníamos que hacer la carrera perfecta. Y es lo que hicimos. Salió todo tal cual lo teníamos planeado y dimos el cien por cien de lo que teníamos dentro. Así que cien por cien contentísimos también. Estoy muy feliz.

¿Falló algo de su táctica en esos 50 metros finales?

Esto es el deporte. Nosotros lo dimos todo y ellos fueron mejores por 220 milésimas. Es así, unas veces se gana y otras se pierde.

Dos centésimas le separaron del oro en K4 y dos, del bronce en K1. Maldito tiempo.

Yo lo que había preparado era el K4, había maximizado los esfuerzos en esa prueba. En el K1 lo di todo y estuve lo más arriba posible. Pero me faltaba. Al final, aunque fueran solo menos de dos décimas, eso en velocidad supone un mundo de entrenamiento específico.

¿Con tan poco margen, piensa que si hubiese cambiado algo, hecho alguna cosa de otra manera, hubieran cambiado los resultados?

Lo bueno que me llevo de estos Juegos es que no me va a quedar esa duda de qué pasaría si esto, o si hubiese hecho lo otro... no hay esa duda. Yo lo di todo. Me vacié. Y eso me valió para ser quinto y segundo.

¿Dudó en algún momento, en este último año, de que sería posible ganar la medalla?

No. Porque si me centro en un objetivo, soy una persona bastante positiva y nunca, nunca me doy por vencido.

En peores se ha visto y siempre se levantó.

Yo no cambiaría nada. Y cuando digo nada, es nada, ni haberme quedado fuera de Río. Porque todo lo que pasa, pasa por algo. Y es lo que me ha traído hasta aquí. Igual si voy a Río y soy campeón con Craviotto —el catalán lo fue con Cristian Toro, el que era compañero de Arévalo, en K2 200—, hoy no sería subcampeón en el K4. Igual estaba retirado o a saber. Además, es mucho más fácil aprender de las derrotas que de las victorias.

¿Qué les ha dicho Miguel García, el entrenador?

Miguel no está contento, está lo siguiente. Nos ha dado la enhorabuena y nos dicho que cuando consigamos calmarnos un poco, nos llegará el subidón.

¿Es satisfactorio haber ayudado a su compañero Saúl Craviotto a hacer historia con una nueva medalla, la quinta en cuatro Juegos Olímpicos seguidos?

Es increíble. Ha igualado a David Cal en cinco, pero Saúl gana por colores. Para mí es un orgullo estar compitiendo con él, es mi compañero y mi amigo. Y aún tenemos otra oportunidad en París para ganar otra, quien sabe si otras dos, y que se quede como máximo medallista en solitario.

En las declaraciones después de la carrera, Craviotto ya habla de París. ¿Se vino arriba por la medalla? ¿No habrá retirada?

Es que al final solo quedan tres años y lo ves más cerca, este es como si te lo hubieses comido. Yo creo que no se va a retirar. También lo digo para meterle presión y que siga (se ríe). Pienso que todavía nos quedan algunos retos juntos.

Ya no será en el K1 200, que desaparece del calendario olímpico.

No, en el K1 200 ya no podemos seguir. En París tendremos el K2 500 y el K4 500. Por eso decía que igual aún puede conseguir un par de medallas más. Con ganas de afrontar ya lo siguiente.

¿Pero antes se tomará unas buenas vacaciones, no?

Sí, claro. Ahora lo que necesito son unas vacaciones y ver a mi novia, devolverle todo lo que le he hecho sufrir estas últimas semanas. Además, voy a hacer el Camino de Santiago con ella.

¿Hubo mucha celebración en Betanzos?

Me están llegando vídeos de la celebración... hubo hasta fuegos artificiales, de todo. Increíble.

¿Cuántos niños del pueblo se apuntarán ahora a piragüismo?

Yo no pretendo ser ejemplo de nadie. Pero sí que me gustaría intentar transmitir a los niños lo bien que me lo pasaba por el gran ambiente que había, lo que disfrutaba. Y eso es algo que se está haciendo muy bien en mi club, que está a rebosar de niños. Para eso la gente de allí son los mejores.