Opinión | desde los cantones

Celso Ferreiro

La abstracción prima en el discurso electoral

La fiesta electoral ha comenzado con el telón de fondo del paro, al que apenas se invoca. No se advierten medidas eficaces para atajarlo, ni tampoco cirugía para cortar el gasto público, imprescindible para evitar la sangría laboral. (Un ejemplo, los cuatro millones de euros que se destinarán mensualmente a la Ciudad de la Cultura). Rajoy ha entrado en la campaña como si no fuera con él. Ha mutado el aguijón de nitroglicerina por el de la energía eólica, más etéreo. El vitriolo queda para Núñez Feijóo. Zapatero, como en las generales, nos promete el paraíso postelectoral y Touriño, en su línea, sin comprometerse, pide el apoyo porque "está en juego el futuro". Nos habla de la lengua como arma de convivencia, cuyo bilingüismo se ha enquistado ante su pasividad. Ha alterado el diccionario y también el calendario, por perspicacia electoralista. En suma, discursos revolucionarios, de acuerdo con las tesis de Ortega "en las revoluciones, la abstracción intenta sublevarse contra lo concreto". En el BNG, Quintana, tras asegurar que Obama ha copiado su programa, sigue con la misma matraca: Estatuto, autogobierno, normalización lingüística, nacionalidad, deuda histórica, etc., expresiones que significan lo contrario que dan a entender. La que iba a ser la legislatura del pleno empleo, de la Champions Ligue, se ha quedado en una pachanga aderezada con la incontenible suma y sigue de dineros públicos que los contribuyentes aportan a las frivolidades de bancos y gobernantes. Unos y otros no se cortan en culpar a la crisis internacional, para exonerarse las responsabilidades de sus aventureras gestiones. La Xunta que se va ha sido un zafarrancho de competencias y compartimentos estancos, pero se cuidó de no arbitrar el voto emigrante en urna. Ha seguido el ejemplo del Real Madrid, bien conocido. Lo que está claro para el ciudadano es que si el BNG es llave para formar Gobierno, volverá a gobernar, incluso con más radicalidad. Se acerca la marea de la publicidad que los partidos suelen utilizar para insultarse unos a otros. El déficit de la oposición, si no lo remedia, permitirá que cale el mensaje subliminal en nuestra sociedad, refractaria a las malas noticias, incapaz de generar propuestas y mucho menos de reaccionar. Convendría a la hora de acercarse a las urnas que hiciera acopio de memoria y no se dejara vivaquear por la abulia, ni tampoco montarse en la ola de propaganda populista que nos amenza.

Otrosidigo

El titular de la Xunta viajará, en fecha próxima, a Uruguay y a la Argentina, como líder del PSG. No se nos alcanza cómo establecerá la diferencia. Le sugerimos que luzca el fuco y las cirolas, como un gaiteiro sin roncón. Es decir, vestido de gaita, como se conoce a los gallegos en el Río de la Plata.

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