Opinión | al trasluz
Fernando González Macías
Internet: otra campaña, otros políticos
Como estas cosas avanzan que es una barbaridad, a diferencia de lo que ocurrió cuatro años atrás, esta vez tan importante como la campaña electoral de caravanas, carteles, mítines y debates en la tele, será la batalla en internet. Los candidatos se la juegan en la red, mucho más de lo que creen, y más les vale que se vayan tomando en serio esto de las nuevas tecnologías, porque cada día es más evidente que van a transformar por completo la vida política tal y como hoy la conocemos, incluso en un país como el nuestro, que llega tarde a casi todo.
Es mucho más que el voto electrónico. Se está alumbrando eso que los gurús han bautizado como una democracia participativa y continua: la posibilidad de que los ciudadanos sean consultados en cualquier momento y sobre todo tipo de asuntos, a tiempo real, frente a un formato, el actual, la democracia representativa e intermitente, en que se nos convoca a las urnas cada equis años para que elijamos a quienes van a decidir por nosotros, entre individuos que ni conocemos.
Los políticos no tanto, pero sus asesores más conspicuos han caído en la cuenta de que una parte sustancial de los indecisos, que no saben aún lo que votarán el 1 de marzo, optará por este o aquel partido, por uno u otro candidato, en función de lo que ocurra en el ámbito de la web. Por eso, Touriño, Quintana y Feijóo ya tienen ahí su propio espacio, en forma de televisión vía YouTube o de videoblog además de las páginas oficiales de los partidos, a decir de los expertos, demasiado encorsetadas, poco atractivas, concebidas en definitiva simplemente para reforzar los mensajes de la campaña convencional.
Se diría que los estrategas no son del todo conscientes que el moderno elector internauta poco o nada tiene que ver con la gente que acude a los actos públicos, que además de ser militante o simpatizante y estar convencida de antemano de lo que votará, no aguarda ninguna sorpresa. Hasta sabe cuándo tendrá que aplaudir. El que sigue la refriega electoral a través de internet es incluso muy diferente del que se informa a través de la tele, la otra pantalla.
La red de redes tiene un lenguaje propio, unos códigos específicos, no demasiado complejos, pero que es preciso conocer para que la comunicación sea eficaz. Una comunicación, en todo caso, bidireccional. Ahí está lo novedoso y hasta revolucionario: el feedback, el diálogo abierto, permanente y sin corsés, que exige a los líderes una actitud muy diferente de la actual, donde ciudadano y político están situados en diferentes planos y muy distanciados, sin apenas posibilidad de contacto directo y encima hablando idiomas diferentes.
Está por ver, aunque parece que esta nueva era de la política -digital, multimedia e interactiva- va a requerir otro perfil, superador del que ofrecen nuestros actuales dirigentes públicos, incluidos los que se las dan de modernos. Hasta esforzándose en ponerse al día, se pueden ver arrumbados, a no tardar, en las cunetas de unos tiempos que avanzan muy de prisa y que no esperan por nadie.
fernandomacias@terra.es
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