Opinión | un minuto

José María Echevarría

Más allá del preservativo

El tufillo económico en la difusión del preservativo queda patente con las medidas que nuestro ministro de Sanidad propone, bien respaldado por los fabricantes de las gomitas que deben estar frotándose las manos. Planea que haya más puntos de venta de condones, ofrecer paquetes con menos unidades fáciles de adquirir y guardar, profilácticos rebajados, a 20 céntimos la unidad, incluso regalados como obsequio al comprar publicaciones juveniles, etc. Todo para evitar el embarazo entre adolescentes, pues es en ese bloque de edades donde más inciden las medidas. Por otro lado, leo en la revista Nuestro Tiempo un estudio sobre los programas de Educación sexual y, vistos en conjunto, dan qué pensar porque más que educar parecen provocar. La única opción ante tanto desmadre es el recurrente sexo seguro, con la inevitable invitación al uso del preservativo. Y si a pesar de todas las cautelas se produce el embarazado, no hay que preocuparse, que siempre habrá una clínica abortista que, con ampliación del aborto o sin ella, arreglará el desliz. Si desconociésemos esta terrible concatenación de hechos podría pensarse que el ministro se equivoca, pero sabiéndolo, como hombre versado que es en estas cuestiones, su plan me parece diabólico porque propende al mal. Copio el símil que reproduce Nuestro Tiempo resaltando la peligrosidad de tanto excitar y tanto condón: "Usted beba sin ninguna inhibición y luego coja el coche si le apetece, Eso sí, utilice siempre un modelo con airbag". Tarde o temprano la tragedia está cantada.

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