Opinión

Felipe Poncet

Medidas anticrisis

En estos tiempos que corren en los cuales los ánimos están por los suelos, pues ya se sabe que la economía no es más que un estado de ánimo, como recientemente ha proclamado un muy destacado dirigente español (que perfectamente podía pasar por lusitano ya que semeja ser de Madeira como Pinocho que en realidad era italiano), todos los mandatarios de todas las naciones afectadas por la crisis, que son casi todas, coinciden en llamadas al esfuerzo común, a la solidaridad, a estar unidos como una piña, al sacrificio y a la esperanza para superar la complicada situación. En esta línea, siguiendo la moda parlamentaria italiana, la presidenta saliente del Parlamento gallego, sin duda con objeto de levantar el ánimo de los diputados autonómicos que se han caído de las listas de grado o por fuerza, después de pedirles amablemente que dejen libres los despachos cuanto antes mejor, les ha dado el caramelo de poder quedarse con el ordenador personal, la impresora y el blackberry, todo ello por el módico y simbólico precio de 100 euros. Loable detalle el de la presidenta si no fuera un agravio comparativo en relación con los servidores públicos que, cuando cesan y pasan a la condición de eméritos, se van para casa más ligeros de equipaje; como mucho se llevan un reloj chapado en oro, costeado por sus compañeros y no por la Administración que, en contadas ocasiones, les concede una medallita para que puedan lucir su miniatura en la solapa del traje de los domingos. De llevarse el ordenador o un simple móvil ni pagando. Siempre hubo ricos y pobres.

En cuanto a esfuerzo común y a estar unidos como una piña la palma se la llevan Esperanza Aguirre y Ruiz Gallardón. No escatiman esfuerzos para resolver el problema económico y su meta común es hacer caja, o mejor dicho hacerse con el control de la Caja de Madrid, lo malo es que lo hacen por separado y con un trasfondo de espionaje, zancadillas y codazos que no es moco de pavo. Se les pudo ver juntos en Fitur, sonrientes y al parecer encantados de estar juntos, se mostraron muy interesados observando un combate de judo, sin duda quieren aprender llaves para hacerse con la llave de la Caja que tiene por símbolo un oso verde, que con tanto combate el pobre va a terminar morado.

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