Sí, yo también pertenezco a la tribu de viciosos que no puede pasar sin la lectura diaria de cuanto dicen los políticos y de cuanta aportación, truculenta o rigurosa, hace la prensa de nuestros pecados. No tenemos remedio, como decía Enric González, Bananas, El País, miércoles 12. Nuestros políticos no dejan de estar en campaña electoral ni aún faltando tres años para 2012. Ni estando de vacaciones callan. De vacaciones se van, pero descansar no descansan, a juzgar por la cantidad de entrevistas, conferencias de verano, reuniones de partido y reportajes fotográficos en familia que se ven obligados a aceptar o que piden ansiosamente. En ocasiones algún alto cargo, centrado en lo suyo, acierta en el tema y en el tono, y hay que leerlo. González Laxe, por ejemplo, ha respondido a varias entrevistas estos días, diciendo cosas de interés sobre tres puertos gallegos, el de Arteixo, el de Coruña y el de Ferrol. El de punta Langosteira venía siendo objeto de opiniones de políticos locales. Opiniones interesadas y simples, del tipo de vamos a ganar este partido, que lo pague Fomento, no podemos consentir, es de justicia y otras por el estilo. González Laxe ha expuesto con conocimientos, seriedad y preocupación las cosas y es de agradecer.

Lo lógico sería que en estas fechas los políticos desapareciesen o que apareciesen un momento, sin exhibiciones, en actitudes apacibles y discretas, durmiendo incluso. Pero no. No sólo no apaciguan sino que se muestran empeñados en guerrear y en calentar los ánimos. Ahí están las declaraciones de Rajoy, Cospedal o Trillo. Hablan de inquisición, Estado policíaco los primeros. Y Trillo, el hombre a quien más tendrá que agradecer Zapatero su victoria en 2012, acusa de detención ilegal ¡a un juez! Y en el otro bando tampoco son mudos. Piden dimisiones, celebran que el PP será el Titanic de la corrupción y astutamente resucitan el cuento de la crispación de la legislatura pasada. Y gozan del apoyo del periódico más independiente que bromeaba en portada, no podría entenderse de otro modo, con lo de que "Rajoy rubrica la quiebra institucional al acusar a Zapatero de inquisidor". Lo leí el miércoles 12 en una terraza de Oporto, frente a las bodegas, sí, y solté unas carcajadas que casi paralizaron al acordeonista. Hube de disculparme. Gracias a la prensa mundial por provocarme un buen rato.

Lo cierto es que más aún que durante el resto del año, en agosto suena ridículo este debate, bueno debate no, esta permanente trifulca entre los partidos. Ridícula y distante del ánimo y de la realidad de los ciudadanos. De los que tenemos vacaciones y un trabajo seguro a la vuelta, de los que no saben lo que se encontrarán en septiembre y de los que ni vacaciones ni empleo tienen. A qué demonios de gente creen dirigirse los políticos con tanta sandez y tanto teatro.

En septiembre, y esto no es ridículo ni distante, proseguirá la indagación judicial de la corrupción en Madrid, Palma y Valencia, dando titulares con nombres de políticos del PP y este debería pensar en lo que hace con un asunto tan serio. Menos alboroto y menos histrionismo de letrado encorbatado. En septiembre, señores del Gobierno, y esto es mucho más grave y cercano, habrá más parados de los que hay, seguiremos sin acuerdo social, una ETA con pésima salud de hierro seguirá siendo una amenaza y a ustedes sólo les quedará un único conejo en la chistera, la supresión de crucifijos en las escuelas, para entretenernos hasta que la crisis pase, porque lo de la crispación no cuela. Muy poca cosa para ocultar una realidad tan dura.

José Antonio Portero Molina Es Catedrático De Derecho Constitucional De La Universidad De A Coruña