Al menos buenas razones

Tal vez en esta coyuntura haya que subir impuestos e, incluso, sería justa una cierta subida a las rentas más altas, repartiendo el castigo que han sufrido las medias y las bajas. Pero al menos hay que pedir argumentos menos vulgares que el de nuestra baja fiscalidad con relación a otros países de la UE. Cuanto mayor es el PIB, mayor es la parte proporcional del mismo que puede ser destinada a impuestos. Tampoco es igual una alta fiscalidad alcanzada a lo largo de medio siglo que en un cuarto de siglo, ni comparables los servicios. Superada la crisis, ¡qué gran pacto sería el de congelar presión fiscal, para que los partidos compitieran en mejorar la eficiencia del sector público, o sea, de los servicios y las ayudas que se devuelven al ciudadano a cambio de los impuestos! ¡Y qué pereza ideológica la de una derecha que sólo clama por bajar impuestos, y la de una izquierda por subirlos!