Opinión | un millón

Javier Cuervo

La austeridad Beckham

El matrimonio Beckham fue modélico en la opulencia y lo es en la crisis. Fue modelo antes, cuando demostró que si alguien gana infinitamente más dinero del que necesita lo gasta en hacer el gilipollas. Es modelo ahora porque hace lo mismo que tantos empresarios, pero a ellos se les ve y nota más.

Victoria, presidenta de sí misma, temía que su estilo de vida "derrochador" fuera poco apropiado en momentos en los que la mayoría de la gente tiene que apretarse el cinturón. Llamó a su asesor y éste concluyó: "Estáis tirando el dinero". ¿En qué? En gente, claro. Catorce despidos en las cuatro casas que tienen en Inglaterra, Estados Unidos, Francia y Dubái. El plan de austeridad de los Beckham ha hecho que el personal se apriete el cinturón.

En la reestructuración de la empresa Beckham (fortuna valorada en 139,5 millones de euros) han caído dos asistentes personales que conservaban en España (de donde se largaron en 2007), 6 chóferes en distintos países y 6 de los 7 jardineros que trabajaban en la villa de Francia. El jardín francés, tan geométrico y domesticado, parece intensivo en mano de obra. El inglés aparenta más salvaje, pero también son malos tiempos para la jardinería en Inglaterra, ya que el jardinero-jefe de su residencia británica será, además, chófer. En crisis, mejor no meterse en jardines, resumiría cualquiera de nuestros empresarios.

Pero también la limpiadora que tenían desde hace ocho años será sustituida por dos extranjeras nada galácticas porque juntas salen más baratas.

¿Dejarán los Beckham de ser conducidos allá donde vayan? ¿Se mustiarán sus mazos de flores y las malas hierbas devorarán sus jardines? ¿Habitarán casas polvorientas? ¿Bajarán su tren de vida? No a todo.

Como sólo se derrocha en personal -lo demás es inversión o disfrute- seguirán siendo buenos tiempos para los que provean de armarios a los Beckham.

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