La desaparición de las cajas gallegas ha dejado a la intemperie la jactancia de quienes eran considerados oráculos de la economía regional, y ha servido también para aclarar el equívoco que dirigentes y dueños eran lo mismo. Viene esto al aire de los fondos de arte de aquellas entidades, todavía no pignorados pese a la necesaria provisión de fondos que exige la bancarización, que permanecen en depósitos de Vigo y Coruña, respectivamente. Hace pocos años, Caixanova tuvo la feliz idea de dar a conocer las valiosas obras de arte de su pertenencia, adornando las fachadas en restauración y los andamiajes de las principales ciudades gallegas con reproducciones gigantescas, a todo color, de los cuadros de los grandes maestros de la pintura. Fue una invitación a preocuparnos por el arte y sirvió para recordar a los más relevantes artistas gallegos. El paisaje convencional de La Coruña, alterado por obras múltiples de Granell, Lugrís, Seoane, etc., constituyó un diálogo vivo entre el medio y el hombre, que puso de relieve cómo la ilusión artística es la más invicta de las ilusiones. De tan singular fondo, quiere apropiarse la Xunta -el Sr. Feijóo está en el asunto- para llevárselo a los almacenes arquitectónicos del Gaiás, cuando por ser fruto de los ahorradores gallegos debieran ser distribuidos entre las pinacotecas provinciales. El alcalde de Vigo ha dado la voz de alarme ante lo que califica, con cierta exageración, de expolio. El de La Coruña, como en el tema de la cooficialidad, silente, no toca. Una historia es la de los fondos de Caixa Galicia que merece ser novelada. La sensibilidad de nuestra ciudad por el arte constituye la mejor promoción de la libertad humana y debe, sin excusa, ser defendida por nuestro Ayuntamiento, como homenaje a tantos artistas que aquí supieron vivir creando y creer viviendo.

La Concejalía de Cultura con paciencia va desbrozando las líneas sectarias trazadas por el bipartito en este campo. La cultura ha de ser libre en todas las direcciones. Los fondos de Caixa Galicia conviene rescatarlos para nuestros museos y ponerlos al alcance de los coruñeses, siempre atentos a la creación verdadera. Los guiños del Sr. Feijóo son poco presentables. Si persisten, llegadas las elecciones que lo voten en el Gaiás.