E l primer objetivo del Benegá para las municipales de mayo es presentarse en todos los ayuntamientos de Galicia. Lo intentarán. La cúpula frentista admite que no le va a ser nada fácil, como consecuencia de las escisiones de los beiristas de Anova y de los moderados de Compromiso por Galicia (CxG), que les dejó sin concejales y sin bases en unos cuantos municipios, pero también por la deserción de un buen número de "independientes", cansados y desencantados de años y años de luchas fratricidas entre las distintas corrientes del nacionalismo organizado. Esta vez son trescientas catorce listas, después de la fusión de Oza y Cesuras. Van a ser muchos los sitios donde han de partir de cero.

Para resarcirse, al menos cuantitativamente, de esos abandonos, el consello nacional aprobaba la fórmula de candidaturas más o menos abiertas. A las listas podrán incorporarse, junto a los militantes locales del Bloque, ciudadanos a título particular, incluso no del todo identificados con el ideario nacionalista. Baste con que sean activos y rebeldes, conocidos y reconocidos por sus convecinos, que tengan un cierto tirón social en su entorno y que estén dispuestos a embarcase en un proyecto transformador para construir la "nueva" Galicia desde los concellos. O sea, gente con ganas de hacer país desde abajo.

Xavier Vence tiene claro el riesgo que él y su equipo asumen hacia adentro y hacia fuera con una apuesta de este tipo. Es la primera vez, desde que se creó en 1982, que el Benegá incorpora a sus siglas una nueva denominación para transmitir la idea de que no va solo. En las papeletas de mayo de 2015 aparecerá como BNG-Asembleas Abertas en sintonía con el proceso asambleario que se abría en septiembre en muchas localidades gallegas y que ahora entra en una segunda fase. En adelante se configurarán "equipos de trabajo" para elaborar los programas y componer las candidaturas. El portavoz nacional adelanta que habrá una "muy substantiva" renovación de candidatos, en parte forzada por el abandono de los que se fueron de la casa común y a la vez propiciada por esas caras nuevas, sin carné pero ideológicamente compatibles.

Otro objetivo del Bloque de cara al primer test electoral del año que viene es contrarrestar el tirón que puedan tener las Mareas ciudadanas, Somos mayoría, Gañemos y demás plataformas que, para Vence y compañía, tienen poco de espontáneas, casi nada de apartidistas o transversales, y que más bien responden a estrategias de partidos o coaliciones que no quieren o no se sienten capaces de concurrir a las urnas a cara descubierta. Los documentos internos de la organización frentista consideran abiertamente demagógico ese discurso de unidad de la izquierda. Además lo ven en cierto modo contraproducente, si de lo que se trata es de derrotar al PP, que siempre se beneficia de la fragmentación de sus oponentes.

En la dirección del Bloque confían mucho en rentabilizar el trabajo de sus alcaldes emblema (tipo Allariz, Pontevedra o Carballo). Ellos serán la referencia de cómo es posible gestionar los concellos de una forma honesta, transparente y participativa a favor de la mayoría social. Se trata de poner en valor el trabajo político de muchos años, gobernando o en la oposición, sometidos al escrutinio de la opinión pública y de los votantes, frente a la incógnita que suponen los promotores de las mareas o incluso de Podemos. Los de Vence tienen mucha confianza en obtener, con un perfile propio, unos resultados presentables. Y creen que las plataformas acabarán en un fiasco casi tan grande como las expectativas que parecen haber levantado.