Opinión | El mundo por mi cuenta

Víctor Entrialgo de Castro

Por tus huesos

Los hay que están por sus huesos y los hay que preferirían no tocar. Pero el ingenioso hidalgo que trabajaba de recaudador de impuestos se haría cargo de que se organizasen visitas a su osario. Si Shakespeare, su coetáneo, llenó Strattford von Avon de excursiones y souvenirs, por qué él no. Otra cosa es que sepamos hacerlo con gusto, que hagamos turismo de autor, que no se pueda aparcar en doble fila frente al Convento de las Trinitarias, que se organicen semblanzas de su figura, lecturas de sus obras, películas de sus paisajes y documentales sobre lo que significan Cervantes y El Quijote en el ser español, cuyo espíritu diseccionó con bisturí de cirujano Julián Marías. Cierto que no hacían falta sus huesos para todo este tinglado pero a buen seguro que don Miguel no pondría reparo si, aún con considerable retraso, este sarao le devolviese parte de los derechos de autor que ha dejado de cobrar durante cientos de años por la creación y escritura de la obra más grande que vieron los siglos y esperan los por venir. Yo, lo sabes Maribel, que en cuestión de huesos estoy por los tuyos. Pero ahora también por los de aprovechar los de Cervantes, aunque fuesen los de Sancho Panza y no los de don Miguel. Todo si sirven a la difusión de su obra, aunque sean solo el reclamo. Malo será que el marketing y el souvenir no contribuyan en algo a mejorar la industria, el turismo y el comercio. Y habrá seguro buenas intenciones e intereses espúreos, que en estos casos suelen venir de la mano. Pero el más grande columnista del siglo XX Umbral ya vio resumida en la obra cervantina, junto a la historia y al clima, la esencia del espíritu español: Un hidalgo y un fantoche llenos de sol y de viento.

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