El intervencionismo que caracteriza a los partidos populistas y enxebres se acentúa en la actividad municipal coruñesa, de tal modo que proyectos o tradiciones consolidadas, ajenas al equipo gobernante, estorban.

La dispersión es el disolvente utilizado, como hemos comprobado, en la organización de las lumeiradas de San Juan, Noroeste Rock, Casas Regionales y, más recientemente, la romería de Santa Margarita, en la que desaparecieron los concursos de platos típicos, las gaitas se trasladaron al Ensanche, quedando la pachanga musical en el monte. Nuestros josefinos debieran saber que, tanto la gaita como la romería requieren césped y aire libre. Ahora, por lo observado, se imponen otros tiempos, en los que prima la estética poligonera pasada de fecha. Más que gobernar, lo que se impone es mandar; pero, para hacerlo con propiedad, no basta con proclamas de cercanía al ciudadano si a la vez no se intenta compartir su suerte. Los hechos indican que la democracia no se agota en las urnas.

Es a partir de ellas cuando cobra vigencia. Su práctica no está reñida con la defensa de convicciones, no con la discusión de programas de política social. Sí lo está (reñida) con el costurón adusto y plano que no distingue lo visible de lo viable. Nuestro alcalde, desde el principio de su gestión, se prodigó en utilizar la palabra "humanizar" y también prometió que la modificación del callejero de La Coruña, en cumplimiento de la ley de memoria histórica, se haría sin traumas.

Y, en buena medida, así lo hizo, salvo arbitrariedades, como el retiro de la placa de Arcadio Vilela, periodista asesinado a la entrada del diario en el que trabajaba. Desde este rincón llamamos la atención, repetidamente, acerca del error cometido, sin que nadie pudiese rebatir nuestros incontestables argumentos. La miseria política se consumó hace poco más de un mes cuando registramos la presencia de algunos de los que pugnaron por suprimir el nombre de Vilela del callejero local en un homenaje público en el cementerio de Oza al considerado autor del asesinato del periodista coruñés.

Otrosidigo

El BNG sigue con la cantinela de la creación de un banco público. El ocaso de las Cajas de Ahorro gallegas, en cuyos consejos de administración pulularon políticos y sindicalistas, no parece haberles servido de ejemplo.