Cuatrocientos treinta mil metros cuadrados, desde la Marina hasta el Puente del Pasaje, alcanza el tratamiento integral del frente costero coruñés, encargado al urbanista catalán Joan Busquets, cuyos estudios descansan en algún anaquel. El asunto, abordado por el alcalde de La Coruña en su reciente visita al titular de la Xunta, se perdió al final, como tantas otras cuestiones, en las formas vagorosas a las que es tan proclive Núñez Feijóo. El arquitecto Busquets, en sus observaciones sobre la futura fachada marítima, rechazó injertar en nuestra ciudad fórmulas que se habían implantado en otras urbes. En La Coruña se hace necesario un tratamiento correctivo, porque su atropellado desarrollo urbanístico se ha verificado sin tiempo para el debate, sin posibilidades para la aplicación de nuevas teorías urbanas. Salvo contadas excepciones, la remodelación de zonas degradadas es el ejemplo de lo que no se debe hacer. Baste señalar el Agra del Orzán, la Cubela, Buenavista, Montiño, Los Castros, Monte Alto, etc., para comprobar cómo se ha limitado la calidad de vida del vecindario. Dentro de la propia urbe, la céntrica calle del Orzán es una lacra que debe ser erradicada. El entorno del litoral coruñés, su tratamiento urbanístico, ofrece una oportunidad inmejorable para afianzar nuestras señas de identidad y fortalecer la imagen de la ciudad, cuya historia no se entiende sin el mar. Esperemos que para entonces la avenida de la Marina y el paseo del Parrote recobren su funcionalidad y esplendor que potencien su interés histórico, considerando que la cultura jerarquiza los problemas a resolver.
Otrosidigo
Próximas a finalizar las obras de Tabacos, que acogerán en la antigua factoría, la Audiencia, Vigilancia Penitenciaria, Menores y Fiscalía. El resto de los juzgados seguirán dispersos, mayormente en el inmueble de la calle Monforte y en Matogrande, en el edificio Proa. Como anticipamos, con las nuevas instalaciones en Tabacos no se revuelve el problema, como se había proyectado en una torre de la Justicia, que había de ubicarse en la Palloza. El proyecto parece que se perdió camino de Santiago.
