Estamos a punto de entrar en los meses donde las temperaturas, climatológicamente, se acercarán a los máximos del año, y seguiremos expuestos como todos los años anteriores a ver de una manera constante y permanente cómo se producen los incendios de nuestros montes, se convierte en simple ceniza nuestra masa forestal y se desvanecen aquellos sueños de miles y miles de personas, que tenían sus expectativas en aquellos pinos, eucaliptos, o cualquier otra especie arbórea, para conseguir aquel complemento económico que le permitiese hacer frente a los pagos de la hipoteca, o llevar a cabo esa pequeña reforma en la casa, después de tantos años viendo como crecían aquellos árboles. No solo se convirtió en humo aquella expectativa, sino que también el fuego se llevó consigo una buena cantidad de euros que, año tras año, el propietario de esos terrenos quemados fue invirtiendo en limpiar su monte para que no ardiese. Incluso, en la primera ocasión que tuvo, se atrevió a modificar su plantación de eucaliptos por otras plantas que le proporcionarían una madera más noble y mejor pagada, si es que algún día llegase a realizar la correspondiente tala. La realidad para muchos de los propietarios de montes de esta Galicia nuestra, será, por desgracia, totalmente distinta. Una buena parte de las hectáreas de nuestro montes se quemarán pese a que, año tras año, se vienen invirtiendo por parte de la Administración autonómica cientos de millones de euros, que por lo que vemos, no por lo que nos dicen los políticos que dicen dirigir la política forestal gallega, se los gastan en apagar el fuego, porque en una política seria de prevención, no invierten un euro, por mucho que nos recuerden: ¡Hay que limpiar los montes!, ¡Se vigilará y sancionará al que no lo haga! Frases totalmente vacías y sin un contenido efectivo, porque no se disponen de los medios adecuados, ni se tiene intención ni voluntad de controlar.

¿Por qué no se permite deducir en el impuesto de la renta, los gastos derivados de las distintas limpiezas de los montes que uno tiene en propiedad?

¿Por qué esa deducción en el IRPF no se puede llevar a cabo, en el ejercicio fiscal que corresponda con la venta de la madera?

¿Por qué no se crean en los distintos ayuntamientos, que así lo deseen, una cuadrilla de personas dedicadas a la limpieza de los montes en esa demarcación territorial, a un precio previamente establecido por hectárea?

¿Por qué los políticos no se deciden a crear unos cuantos cientos de puestos de trabajo, con actividad durante todo el año, y que con toda seguridad su coste sería totalmente satisfecho por las contrataciones de ese servicio por los propietarios de los montes que no se quisiesen molestar en llevar a cabo ellos mismos esa tarea, o no tuviese o no conociesen a quien se la podía realizar?

¿Por qué, esos mismos políticos, que no muestran el más mínimo interés en hacer labores de prevención en los montes, no se dan cuenta que una buena parte de lo que se cobra cuando se vende la madera ha tenido previamente un coste, que lo lógico y sensato, será que se deduzca?

¿Por qué no se darán cuenta, que si se pudiera deducir, los propietarios tendrían permanentemente limpia su masa forestal?

Si todo lo anterior se llevase a efecto, estaría perfectamente justificado el sancionar a aquel que no limpiase su parte de monte cuando fuese requerido para ello.

¡Qué pena! la vida nos ha dado un gran país, pero no nos dio los políticos capaces de desarrollarlo.