Tras una década de pérdidas que van a más, Expocoruña afronta ahora un momento crucial. Los responsables del recinto ferial coruñés, a petición del Ayuntamiento, que forma parte de su patronato, han presentado un plan de viabilidad en el que plantean un cambio de rumbo para intentar atajar su sangría financiera y con el reto de autofinanciarse.

La gerencia de Expocoruña no esconde en su análisis que la situación es delicada pero que confía en que, con los ligeros brotes tras una etapa reducida al alquiler de espacios, se pueda abordar algún evento propio como los que se promovían cuando echó a andar en 2008. Los gestores pretenden poner sobre la mesa una estrategia de cambio prudente, sin grandes riesgos que pudiesen ocasionar significativas pérdidas al complejo.

El recinto ferial coruñés nació tarde, con muchos atrancos y en un mal momento. Las diferencias sobre la ubicación del edificio, los problemas con la canalización del río Mesoiro, los retrasos en la construcción y los notables sobrecostes finales del proyecto complicaron su puesta en marcha.

Pensado para favorecer y nutrirse del desarrollo económico de la ciudad, vio la luz casi el tiempo que estallaba la crisis económica. Así, a los problemas que padecen todos los recintos feriales de España, Expocoruña añadió su inicial falta de consolidación como el espacio que pretendía ser.

Sin cumplir nunca los objetivos marcados ni para cubrir los costes de la construcción de las instalaciones, fue tirando hasta que en 2012, con Negreira en María Pita, se optó por una gestión conservadora que suprimía la promoción de actos propios, que ahora se pretenden recuperar.

A finales de 2016, el concejal de Emprego, Alberto Lema, demandó a la gerencia, como miembro del patronato, un plan de viabilidad ante las pérdidas constantes.

Pese a que la Xunta, que también forma parte de la entidad, defendió que ya existía ese plan, finalmente la gerencia elaboró un documento que constata la intención de un cambio en la estrategia planteada en 2012, cuando el PP asumió las riendas en María Pita. Prevén volver a organizar eventos propios para elevar los ingresos, si bien con prudencia y con poco riesgo.

En el análisis de viabilidad del plan, al que ha tenido acceso este periódico, los responsables constatan que el resultado bruto de explotación de sus ejercicios contables ha sido negativo, lo que generó una considerable disminución de los fondos propios y provocó una situación de capitalización comprometida.

En el Ayuntamiento ha llamado la atención el elevado peso de los gastos de personal de ExpoCoruña (143.000 euros en 2016 con ocho trabajadores) sobre los ingresos (285.667 euros). Para corregir esta situación, los representantes municipales en el patronato inciden en la necesidad de incrementar los ingresos o reducir los gastos generales. El Gobierno local reclamó a los gestores del recinto ferial un plan de viabilidad concreto que pueda acometerse con el apoyo de las tres administraciones presentes en el patronato y permita la celebración de actividades de referencia, como fue, recuerda, en 2010 y 2011 el festival de música electrónica Sónar, financiado por la Consellería de Cultura.

El recinto ferial se encuentra actualmente en una encrucijada en la que han estallado además disensiones en el seno de su organización. Expocoruña y la Cámara de Comercio, uno de los integrantes del patronato, se reclaman mutuamente deudas. El ente empresarial rechaza pagar 101.000 euros de su aportación fundacional mientras que el recinto ferial no le pague 50.000 euros por usar sus oficinas. Un conflicto que amenaza con llegar a los tribunales.

Muchas cuestiones en el aire, así pues, sobre el recinto ferial. La crucial es su futuro económico, fiado a un nuevo plan de viabilidad que consiga decolorar los números rojos. Pero no es menor que digamos, por ejemplo, todo lo referido a los órganos de gobierno, con el papel indefinido de la Cámara de Comercio y la Confederación de Empresarios, que se retiraron de las reuniones en las que se toman las decisiones pero siguen en el Patronato, al menos formalmente. El resto de miembros, Xunta, Concello y Diputación, quiere aclarar esta situación y han mantenido ya contactos para fijar una reunión formal que resuelva esta inestabilidad institucional.

El plan de viabilidad exigido por el Ayuntamiento a los gestores de Expocoruña es un primer paso necesario para intentar revertir la deficitaria hoja de ruta en la que se ha empantanado en los últimos años el recinto ferial coruñés. Resulta evidente que hay cambios de estrategia que acometer, especialmente un ajuste de los gastos acorde a los ingresos y un golpe de timón en las actividades que incremente sus recursos económicos y propicie por fin que el recinto ferial coruñés se autofinancie.