Dejad de prender fuego a pergaminos y papeles,

y mostrad vuestra ciencia para que se vea quién es el que sabe.

Y es que aunque queméis el papel

nunca quemaréis lo que contiene,

puesto que en mi interior lo llevo,

viaja siempre conmigo cuando cabalgo,

conmigo duerme cuando descanso,

y en mi tumba será enterrado luego.

Ibn Hazm de Córdoba

Traducción de José Miguel Puerta Vílchez

He recordado a este autor al conocer la existencia del joven yihadista de 22 años Yassin Ahram Pérez, alias al Qurtubi -el Cordobés-. Hijo de doña Tomasa Pérez y de familia asentada en Alcolea (Córdoba) antes de mudarse a Siria; Pérez ha sido elegido para comunicarnos su solidaridad con los terroristas que atentaron en Cataluña y para avisarnos de que su organización criminal seguirá matando y a la que deseo el fracaso total.

Su discurso no parece muy dotado de lecturas variadas y olvida la raíz de muestra cultura mestiza, de la que él es un claro ejemplo, fruto de la convivencia más o menos cordial durante siete siglos con abundantes ejemplos en la toponimia, la arquitectura o los festejos populares. No olvidemos que dicen del califa Abderraman III que se acomplejaba de ser navarro, pelirrojo y de ojos verdes.

Seguro que este joven aprendiz de intolerancia no conoce algunas obras indispensables de nuestra cultura, también suya, ni al autor citado. Espero que su lectura también le libre de olvidar la mezcla de sangres y razas de las que venimos por muy puros cristianos viejos que nos consideremos.

Ibn Hazm; musulmán, pero no árabe, nació en los últimos años del S. X en el seno de la aristocracia cordobesa, antes del estallido de la guerra civil que quebró su apacible vida con los Omeya, contra los que apoyaban a Almanzor; pero no ha pasado a la historia por estas vicisitudes, sino por ser un ilustre polígrafo conocedor de Aristóteles y autor de títulos relevantes en diferentes disciplinas; de entre ellos destacaremos Tawq al-Hamama o El collar de la paloma. Tratado sobre el amor y los amantes, "el libro más ilustre sobre el tema del amor en la civilización musulmana" para Ortega y Gasset, un breve clásico para degustar en pequeñas dosis por su gran descripción del amor en S. XI intentando descubrir lo que tiene de común e inmutable a través de los siglos.

En ella nos describe el amor basado en su propia experiencia, su naturaleza y sus metamorfosis, las personas que se enamoran, sus trucos y recursos, sus aliados, los signos que permiten identificarlos, los fundamentos, la esencia, los accidentes o las malaventuras del amor; tan clásica como el Ars amandi de Ovidio y tan contemporánea como los Fragmentos de un discurso amoroso de Roland Barthes.

No tendría mayor transcendencia si no hubiese influido en la lírica medieval o en el Libro de Buen Amor del Arcipreste de Hita. Espero que Pérez lo disfrute cuanto antes.