Me pilla en Pamplona el anuncio de unos cursos para fomentar el uso de la bicicleta entre las mujeres. Ello me alegra doblemente, porque supone auge de ese medio de transporte tan querido por mí pues me recuerda mi juventud yendo en bici al colegio durante casi todo mi Bachillerato, y además porque, tal como han constatado, con su uso la mujer gana autonomía, que bien merecido se lo tienen las féminas. La noticia salta en Pamplona, y eso que en la capital navarra ya es notable el ir y venir, sobre todo de ciclistas jóvenes, en las inmediaciones de los centros universitarios; pero ahora se trata de facilitar y mejorar el uso de la bici a las mujeres ya que el porcentaje de usuarias aún es inferior al de los hombres, mientras que en ciudades como Barcelona y Madrid están igualados. Además ir en bici asegura un ejercicio físico también muy recomendable para todos los usuarios, si bien en algunas urbes está arraigando el uso de bicis que llamaré híbridas, movidas por baterías eléctricas y por el pedaleo, que pueden restar parte del beneficioso ejercicio corporal, Tranquilos porque lo eléctrico aún es minoritario, y lo que de momento prevalece es el pedaleo.