Ramiro de Maeztu, embajador de la República en Buenos Aires, acuñó el vocablo "Hispanidad", que se extendió a los países del otro lado del Atlántico, ahora conmemoración sobrevenida en Fiesta Nacional española.

Todavía se celebra en la misma fecha, el 12 de octubre como Día de la Hispanidad en muchos pueblos americanos o Día de la Raza, invento del presidente argentino Hipólito Irigoyen (10916-1929). Borges comentaba que Irigoyen era la única persona en Buenos Aires que no había visto una película de Chaplin y se preguntaba "¿Comparamos a Irigoyen con el océano?, y se respondía "Es poco Borges, muy poco. ¡Una insignificancia!". El milagro de nuestra lengua nos permite caminar, allende el Atlántico, por rúas españolas sobre la gran extensión de un pueblo nuevo. Nuestra lengua, a la que no consideramos en casa nuestra arma poderosa, hace que América nos mire desconcertada ante la pretendida exclusión lingüística en algunas regiones.

En Galicia los "normalizadores" buscan formas alternativas, cada vez más inverosímiles para la imposición del vernáculo. "Hay que cantar en gallego", "comprar en gallego", "comer en gallego", "lápidas en gallego", "números en gallego", pedía extasiado un edil lucense. Ahora se pretende que el comercio rotule en vernáculo sus exportaciones. Así empezaron por el Ampurdán con los resultados conocidos. Las ediciones literarias están a la baja. Solo se salva el capítulo de los libros escolares. Se habla de 630 títulos de las obras editadas; no se alude en las estadísticas a la difusión y al número de lectores. Un exconsejero de Cultura llegó a denunciar el volumen de libros almacenados que había encontrado en su Consejería al asumir el cargo.

Utilizar la pedagogía lingüística como elemento excluyente y de modo coactivo, es una de las grandes trabas que sufre el vernáculo. Sigan los ejemplos de Inglaterra, ajenos a la influencia de algún talibán político. "Solo dos lenguas cuentan en el mundo occidental: el español y el inglés", proclamó Mitterrand en su última intervención ante el Parlamento Europeo. Apliquemos cordialmente la cooficialidad, de modo verosímil, y huyamos de la prédica de cualquier cabildante nacionalista.

Otrosí digo

Etiqueta na túa lengua, camiña polo mundo con identidade, proponen los vernáculos de la Xunta. Por ejemplo, "Inditex. La Coruña. Galicia. España", sería ejemplar, por identificar la sede social y origen de la más universal de nuestras multinacionales y de la vidriera más espectacular de Zara. Recordemos a Armani: "La moda es un escaparate de Zara. Basta dar una vuelta por la plaza de Lugo coruñesa".