Come usted 207 veces más -o menos- al mes que el número de ocasiones en que lo hace algún otro ser humano que trabaje con usted? ¿Gasta usted en vestirse en tal proporción?¿Y en dotarse de un lugar en que vivir? No, yo sinceramente creo que un factor 207 como cociente entre el sueldo más alto y el más bajo de una empresa es, sinceramente, una barbaridad.

¡Buenos días! Diciembre ya, tiempo de gastos más altos de lo habitual, y de una pretendida espiral de compras que le pone la cara seria al más pintado. Pero ya saben, ni la felicidad tiene que ver con lo que se compra y con lo que se vende, ni uno quiere más a su pareja o a su prole por dedicar más de su peculio al agasajo a tales seres queridos. Una cosa es una cosa, y la otra es la otra. Al César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios.

En todo caso, en tiempo de gastos es conveniente revisar los ingresos. Y a eso dedico hoy estas líneas, de la mano -una vez más- de Oxfam Intermón. La organización advierte de que, en las empresas del IBEX-35, los altos directivos cobran de media 207 veces el sueldo mínimo de su empresa, habiendo aumentado su salario en un 40% entre 2014 y 2016, o un 15% si nos fijamos solo en el período entre 2015 y 2016, mientras que la retribución media creció solo un 0,3% en este último.

Ciertamente, tales cifras me parecen un escándalo. Y no crean que soy yo de aquellos que, como estuvo de moda en determinados ámbitos políticos en estos años de crisis -y especialmente, en las últimas elecciones-, la clave está en igualar los sueldos por abajo. Ni mucho menos. Yo entiendo perfectamente que un alcalde de una ciudad media como A Coruña pueda cobrar 70.000 euros brutos al año. Son unos 3.400 euros netos al mes, y esto -por su dedicación y responsabilidad- me parece muy pero que muy razonable. Piensen ustedes que especialistas del Sergas -por poner un ejemplo- o catedráticos de Universidad, se mueven en esos números o incluso bastante más. Si añadimos a la lista el estipendio de determinados cuerpos de funcionarios del Estado o de las comunidades autónomas, ahí seguimos. Un sueldo que es menos de tres veces el sueldo medio en España.

El problema es lo que ocurre en esta otra liga, en la que las diferencias abismales entre los sueldos más altos y más bajos de una determinada organización son, ciertamente, increíbles. Algunos argüirán que muchas de ellas son empresas privadas, y que en tal cuestión pueden proceder como mejor les parezca. De acuerdo. Pero, miren, ¿no les parece que ello denota un cierto posicionamiento ante este debate ético?

En tal línea, Oxfam Intermón ha sacado su informe denominado precisamente así: Diferencias abismales. El papel de las empresas del IBEX-35 en la desigualdad. Unos papeles que les recomiendo, y que demuestran el aumento de la brecha salarial en España. Algo que está detrás, no cabe duda, de los peores números que cosechamos hoy en materia de equidad. Y todo ello a pesar de la indudable generación de riqueza de estos últimos años, pasada la recesión en el sentido más técnico de la palabra.

Banco Popular, Ferrovial e Inditex son las tres corporaciones con mayores diferencias salariales entre los altos directivos y el sueldo mínimo. Pero la cuestión es aún peor cuando se trata ya no de las empresas del IBEX-35, sino de las empresas multiservicios contratadas por estas.

No olvidemos que las empresas del IBEX-35 suponen un 42% del PIB español, contando con millón y medio de personas contratadas. Esto implica no solo un gran impacto en la economía real de las familias, sino un papel de referente claro de las mismas en esta y muchas otras cuestiones, que marca el paso de muchísimas más empresas.

Aparte de seguir progresando en lo relativo al Salario Mínimo Interprofesional, con el objetivo de que este alcance al final de la legislatura los mil euros, la organización propone un factor máximo de escala del que ya habíamos hablado aquí en otras ocasiones, y que a mi personalmente me parece muy razonable. Se trata de establecer un factor máximo de 20 a 1 entre la parte fija del salario más alto y el salario más bajo en una organización. ¿Por qué? Pues precisamente como forma de implicarse la misma en un futuro más equitativo, y una responsabilidad compartida. No hemos de olvidarnos de que la parte más dura de la crisis fue asumida por los salarios más bajos, en tiempos en que el mercado del lujo no dejó de crecer, mientras se destruían millones de empleos. Pues, en épocas de vacas más gordas, nobleza obliga.

El Informe que comentamos trata también el tema de la brecha salarial entre mujeres y hombres y la presencia de tales empresas de referencia en paraísos fiscales. Pero cualquiera de estos temas da, con creces, para otra columna. Hoy, hechos los deberes y puesto en común esto, me retiro a descansar. Les aseguro que ya toca.

Tómenselo con calma, que diciembre no ha hecho más que comenzar...